Artículo: Los desafíos de las elecciones presidenciales en Madagascar
Las elecciones presidenciales en Madagascar, que se celebraron el 17 de noviembre de 2023, estuvieron marcadas por un alto índice de protestas y boicot por parte de los candidatos. De los 13 candidatos en liza, 10 pidieron a los electores que no participaran en la votación, poniendo así en duda la legitimidad del proceso electoral.
A pesar de estos llamamientos al boicot, la Comisión Electoral Nacional Independiente (Céni) siguió procesando los resultados de la primera vuelta. Publicó las primeras tendencias, revelando una tasa de participación de alrededor del 40%, ligeramente por encima de las estimaciones anteriores.
La tasa de participación es crucial para legitimar la victoria de Andry Rajoelina, el presidente saliente, que aspira a un segundo mandato de cinco años. Los observadores de la sociedad civil observaron, sin embargo, que la tasa de participación provisional, establecida al mediodía del día de las elecciones, fue sólo del 22%, la más baja en la historia electoral de Madagascar. Esta cifra despertó la preocupación de la embajada estadounidense en Antananarivo.
Las primeras tendencias pusieron a Andry Rajoelina a la cabeza, con una amplia ventaja sobre su competidor, Siteny Randrianasoloniaiko, que también hizo campaña. Marc Ravalomanana, ex presidente y tercer gran candidato, ha decidido boicotear las elecciones.
La publicación de las tendencias por parte de la CENI marca una novedad en el proceso electoral en Madagascar, con la instauración de la transmisión electrónica de las actas desde los colegios electorales equipados con Internet. Los resultados provisionales se irán divulgando progresivamente hasta el 24 de noviembre, antes de la proclamación de los resultados definitivos a principios de diciembre.
Por lo tanto, estas elecciones presidenciales en Madagascar generan fuertes tensiones y dudas sobre su legitimidad. Los futuros resultados serán decisivos para el futuro político del país y para la estabilidad democrática. Es de esperar que el proceso electoral se desarrolle de manera transparente y que se respete la voluntad del pueblo malgache.