Tras el anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales en Madagascar, las reacciones no se hicieron esperar. Los miembros de la oposición, agrupados en un colectivo, declararon que no reconocerían los resultados de la primera vuelta, calificaron las elecciones de ilegítimas y denunciaron numerosas irregularidades.
En una declaración conjunta, los once candidatos de la oposición, diez de los cuales habían pedido el boicot de la votación, afirmaron: «No reconoceremos los resultados de estas elecciones ilegítimas, marcadas por irregularidades, y declinamos toda responsabilidad en caso de conflicto político y la inestabilidad social que resultaría».
Entre estos candidatos, Siteny Randrianasoloniaiko, que había hecho campaña de forma independiente pero que fue uno de los firmantes de la declaración, denunció también «anomalías inquietantes» que, según él, plantean dudas legítimas sobre la validez de los resultados.
La Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) anunciará el sábado por la mañana los resultados provisionales consolidados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Según las últimas estimaciones disponibles en el sitio web de la CENI, se han escrutado más del 91% de los votos y el presidente saliente, Andry Rajoelina, mantiene una amplia ventaja con el 59,52% de los votos, lo que le permitiría vislumbrar una victoria lo antes posible. como la primera ronda.
Elegido en 2018, Andry Rajoelina llegó al poder por primera vez en 2009 durante una revuelta que derrocó al expresidente Marc Ravalomanana.
Según estimaciones de la CENI, alrededor del 60% de los votantes registrados no acudieron a las urnas el 16 de noviembre. Once millones de electores tuvieron que elegir entre Rajoelina, de 49 años, y otros doce candidatos.
Sin embargo, diez candidatos de la oposición, entre ellos dos ex presidentes, pidieron a los votantes que «consideren que estas elecciones no existen» y se negaron a hacer campaña.
Desde hace varias semanas, el colectivo de oposición convoca manifestaciones casi diarias en Antananarivo. Las protestas, que no contaron con una participación masiva, fueron dispersadas periódicamente con gases lacrimógenos.
El colectivo denunció irregularidades durante la votación, incluido el cierre de los colegios electorales, la falta de urnas y el uso de recursos estatales por parte del candidato en ejercicio para su campaña.
Esta impugnación de los resultados de las elecciones presidenciales en Madagascar está generando fuertes tensiones políticas y sociales en el país. Los próximos días serán cruciales para saber cómo evolucionará esta situación y qué medidas se tomarán para resolver este conflicto. La atención de la comunidad internacional también se centra en Madagascar, con el fin de garantizar un proceso electoral transparente y justo.