La derogación de la ley sobre el tráfico de inmigrantes en Níger suscita preocupación en la Unión Europea. La comisaria europea de Asuntos Interiores, Ylva Johansson, expresó su profunda decepción por esta decisión de la junta del CNSP. Desde 2015, esta ley permite tipificar como delito las entradas y salidas ilegales de inmigrantes en territorio nigerino, contribuyendo así a reducir el número de muertes en el camino y de llegadas ilegales a Europa.
Las consecuencias humanitarias de esta derogación son preocupantes. De hecho, esto corre el riesgo de provocar un aumento de las muertes en el desierto, porque los inmigrantes subsaharianos podrían verse tentados a llegar a las costas europeas a través de Níger. El comisario europeo recuerda que la ley de 2015 redujo significativamente el número de muertes en el desierto gracias a los esfuerzos de búsqueda y rescate desplegados por las autoridades nigerinas.
Esta decisión del gobierno nigerino surge de sospechas de que la ley fue aprobada bajo la influencia de potencias extranjeras y no correspondía a los intereses de los ciudadanos nigerinos. Mediante esta derogación, la junta del CNSP restableció una economía en torno a la migración que había desempeñado un papel importante en el desarrollo de la ciudad de escala de Agadez.
Sin embargo, es importante señalar que esta decisión podría verse como una reacción a las presiones de la Unión Europea exigiendo la liberación del presidente nigerino. Las relaciones entre la Unión Europea y Níger siguen siendo tensas, pero continúa la cooperación en el marco del programa para reasentar a refugiados de Libia en Níger.
Es obvio que esta derogación plantea interrogantes sobre el impacto en la gestión de los flujos migratorios y la seguridad de los migrantes. La Unión Europea debe encontrar ahora soluciones alternativas para evitar el riesgo de muerte en el desierto y el aumento de los cruces ilegales.
En conclusión, la derogación de la ley sobre el tráfico de inmigrantes en Níger por parte de la junta del CNSP es una decisión que preocupa a la Unión Europea. Es necesario tener en cuenta las consecuencias humanitarias y de seguridad de esta medida y encontrar soluciones alternativas para garantizar la protección de los migrantes y la gestión de los flujos migratorios.