Togo se enfrenta a una nueva polémica sobre la fecha de las próximas elecciones legislativas y regionales. El gobierno anunció que estas elecciones se celebrarán «a más tardar» a finales del primer trimestre de 2024. Esta decisión fue criticada por la coalición opositora DMP, que considera que este calendario es poco realista y alerta contra un «vacío institucional». .
Brigitte Kafui Adjamagbo-Johnson, coordinadora de la coalición de oposición, afirmó: «Nos dirigimos hacia un vacío constitucional. Nuestra constitución exige que se celebren elecciones a más tardar 30 días antes del final del mandato de la asamblea. Desde una perspectiva más amplia, el mandato termina a finales de diciembre, lo que significa que tendremos una asamblea que ya no tendrá legalidad, una asamblea en la que el partido gobernante tendrá la mayoría y apoyará al gobierno, lo que significa que el propio gobierno ya no tendrá cualquier legalidad y los problemas de Togo serán aún más complicados.»
Este anuncio de aplazamiento hace retroceder la promesa del presidente Faure Gnassingbé de celebrar elecciones en un plazo de 12 meses. Aunque recientemente se declaró confiable una auditoría para evaluar la transparencia y precisión del registro electoral, la oposición sostiene que hay otros motivos de preocupación.
“Consideramos que esta auditoría del registro electoral no ha resuelto nada. Todo debe revisarse, empezando por el censo contradictorio. Y por eso estamos ante el Tribunal de Justicia de la CEDEAO contra el Estado”.
El coordinador de la coalición de oposición pide, entre otras reformas, la renovación del mandato de la comisión electoral y límites más justos para los distritos electorales. Sobre todo, pide conversaciones con el gobierno para resolver los asuntos pendientes y advierte sobre manifestaciones si no se organiza ninguna consulta antes de la votación.
En 2010, Adjamagbo-Johnson se convirtió en la primera mujer candidata a la presidencia de este estado de África Occidental, pero retiró su candidatura por temor a un fraude.
El presidente de Togo está en el poder desde 2005, tras la muerte de su padre, el general Eyadema Gnassingbé, que gobernó el país durante 38 años.