El Programa Mundial de Alimentos (PMA) reanuda sus actividades para distribuir asistencia alimentaria a las personas desplazadas en la comuna rural de Oicha, capital del territorio del Beni. Después de un mes de suspensión tras el ataque a sus instalaciones por parte de la población enojada, el PMA pudo reanudar sus operaciones.
El ataque se produjo tras la incursión de los rebeldes de las ADF, que se saldó con la muerte de 27 personas. Los manifestantes prendieron fuego a vehículos del PMA que contenían ayuda humanitaria destinada a los desplazados en Oicha.
Esta reanudación de la distribución de alimentos es recibida con alivio por la población beneficiaria. De hecho, la creciente inseguridad en la región hace que el acceso a los campos sea casi imposible, lo que acentúa la inseguridad alimentaria de los desplazados. Darius Syayira, primer relator de la sociedad civil en el centro de Oicha, está encantado con esta reanudación de las actividades del PMA: «Es un sentimiento de alegría aquí en el sitio de Mabimbi, ya que hoy acaba de comenzar la distribución y todo el mundo que había sido identificado Podrás beneficiarte de la comida”.
Los beneficiarios de esta asistencia reciben harina, aceite, frijoles y sal, productos esenciales para asegurar una nutrición adecuada. Esta ayuda es crucial para las personas desplazadas que enfrentan una emergencia humanitaria.
Al reanudar sus actividades, el PMA desempeña un papel crucial en la lucha contra el hambre y la malnutrición en la región de Oicha. La distribución de alimentos ayuda a apoyar a las personas desplazadas y a satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. Al hacerlo, el PMA contribuye a aliviar el sufrimiento de las poblaciones afectadas por la violencia y los conflictos que afectan a la región.
Esta reanudación de la distribución de asistencia alimentaria en la comuna de Oicha es, por tanto, un paso positivo en la atención a las personas desplazadas y muestra el compromiso del Programa Mundial de Alimentos de ayudar a las poblaciones vulnerables. Sin embargo, queda mucho por hacer para garantizar una seguridad y estabilidad duraderas en la región, de modo que estas distribuciones de ayuda se conviertan en una medida de emergencia menos frecuente.