Recientemente se ha reavivado el caso del asesinato de Agnes Wanjiru, una joven keniana, en 2012, en el que estaba implicado un soldado británico. Este asunto ha despertado la indignación entre la población y las autoridades kenianas, que acusan al gobierno británico de querer ocultar la verdad.
El cuerpo sin vida de Agnes Wanjiru, de 21 años y madre de una niña de dos años, fue encontrado en una fosa séptica en 2012, cerca de un campo de entrenamiento del ejército británico en Nanyuki, en el centro de Kenia. A pesar de una investigación iniciada en 2019, no se había hecho pública ninguna información.
Sin embargo, en octubre de 2021, el diario británico Sunday Times publicó un artículo con varios testimonios de militares que afirmaban que un soldado que había sido visto en compañía de la joven el día del asesinato habría confesado haberla matado a sus compañeros. esa misma noche, mostrándoles el cuerpo. El diario agregó que el asesinato había sido denunciado a la jerarquía militar, quienes al parecer no dieron seguimiento al asunto.
Tras estas revelaciones, la policía keniana anunció la reapertura de la investigación. El miércoles pasado tuvo lugar una primera audiencia en un tribunal de Nairobi, pero se tomó la decisión de posponer el caso hasta el próximo mes de mayo. Una decisión que enfureció a la familia de la víctima y a la opinión pública keniana, que cree que las autoridades intentan ocultar la verdad.
La presencia de la base británica, la Unidad de Entrenamiento del Ejército Británico en Kenia (BATUK), en Nanyuki desde la independencia de Kenia en 1963 siempre ha sido controvertida. Si bien esta base alimenta la economía local, también ha creado tensiones, particularmente en relación con la cuestión de la jurisdicción sobre los soldados británicos acusados de crímenes cometidos en territorio de Kenia.
El coronel Andrew Wilde, miembro de BATUK, subrayó también en un documento dirigido al tribunal que el Gobierno británico no reconoce la competencia del tribunal keniano.
Este caso pone de relieve un problema recurrente vinculado a la presencia de bases militares extranjeras en países soberanos. La cuestión de la jurisdicción y la responsabilidad de los soldados extranjeros por crímenes cometidos en suelo extranjero sigue siendo compleja y da lugar a fuertes tensiones entre países.
A la espera de que se reanude el juicio el próximo mes de mayo, la familia de Agnes Wanjiru sigue luchando por que se haga justicia y se arroje toda la luz sobre este asesinato que ha trastornado sus vidas. La presión internacional y de los medios de comunicación también podría desempeñar un papel importante en la evolución de este asunto y en la búsqueda de la verdad por parte de Kenia.