Vincent Bolloré, famoso multimillonario francés, fue acusado recientemente de corrupción de un funcionario público extranjero en el marco de una investigación sobre la atribución del puerto de Lomé a Togo. Un caso que está dando mucho que hablar y que sigue dando que hablar.
La historia se remonta a 2013, cuando los jueces financieros parisinos comenzaron a sospechar que el grupo Bolloré había utilizado las actividades de su filial Euro RSCG (ahora Havas) para hacerse con la gestión fraudulenta del puerto de Lomé. Acusan al grupo de haber corrompido a las autoridades togolesas con el objetivo de favorecer a su filial Bolloré Africa Logistics (antes SDV) durante la campaña presidencial de Faure Gnassingbé.
En 2018, Vincent Bolloré fue acusado, pero la historia dio un giro sorprendente en 2021 cuando decidió declararse culpable y admitir su culpabilidad por corrupción. En el marco de una comparecencia previa admisión de culpabilidad, ofrece pagar una multa de 375.000 euros para evitar un proceso penal. Sin embargo, los jueces parisinos rechazaron aprobar esta declaración de culpabilidad al considerar que su presunción de inocencia había quedado empañada por sus propias confesiones.
Por tanto, el procedimiento continúa y Vincent Bolloré apela la decisión. Aunque no obtuvo la anulación total del procedimiento, sí logró que ciertos documentos fueran eliminados del expediente gracias a su solicitud de apelación. Sin embargo, el Tribunal de Casación mantiene su auto de procesamiento y reconoce oficialmente que se ha cumplido su presunción de inocencia.
El abogado de Vincent Bolloré acoge con satisfacción este reconocimiento y ahora prevé presentar recursos ante los tribunales europeos. Está decidido a demostrar la inocencia de su cliente y anular todo el procedimiento.
Este asunto plantea muchas preguntas sobre las prácticas del grupo Bolloré y la corrupción en el ámbito de los negocios internacionales. Destaca las cuestiones relativas a la adjudicación de contratos públicos y la influencia de las grandes empresas en las decisiones políticas.
Queda por ver cómo evolucionará este asunto y cuáles serán las consecuencias para Vincent Bolloré y el grupo Bolloré. Mientras tanto, sigue copando titulares y alimentando debates en torno a la ética empresarial y la lucha contra la corrupción.