A principios de año, la situación del agua en Antananarivo, la capital malgache, se ha vuelto preocupante. La empresa pública de distribución de agua y electricidad, Jirama, reconoce perturbaciones en varios barrios de la ciudad, con cortes y bajo caudal en algunas fuentes públicas. Por lo tanto, los residentes se enfrentan a dificultades para obtener agua potable.
La escasez de agua tiene un impacto directo en la vida cotidiana de los residentes de Antananarivo. En algunos barrios, las fuentes públicas están cortadas durante varias horas, lo que obliga a los residentes a hacer viajes frecuentes para llenar sus contenedores de agua. Las tensiones son palpables, con altercados entre los usuarios y los responsables de las fuentes, quienes se ven obligados a racionar el agua para asegurar una distribución mínima a cada familia.
Esta situación también tiene consecuencias en los horarios de los trabajadores de las fuentes. Para hacer frente al aumento de la demanda, tienen que empezar el día más temprano, a veces incluso a las 2 de la madrugada, para poder llenar las latas de los residentes. Los tiempos para llenar un contenedor también son mayores, con un aumento de 20 minutos respecto a lo normal. Estos ajustes demuestran la magnitud del problema y su impacto en la vida diaria de los residentes.
Contactada por RFI, Jirama explica que estas perturbaciones se deben a las obras en una de sus principales estaciones de tratamiento de agua, así como a la escasez de precipitaciones. De hecho, Madagascar se enfrenta a una sequía prolongada que está empeorando la situación de la distribución de agua en la capital.
Ante esta escasez de agua, los residentes de Antananarivo deben organizarse y encontrar soluciones alternativas para satisfacer sus necesidades de agua. Algunos están recurriendo a fuentes de agua alternativas, como pozos o ríos, mientras que otros están siendo pacientes y resilientes mientras esperan que la situación mejore.
Esta situación pone de relieve la importancia crucial del acceso al agua potable para la vida diaria de los residentes, así como los desafíos que las autoridades malgaches deben afrontar para garantizar una distribución adecuada durante los períodos de sequía. La cuestión del agua se está convirtiendo en un problema importante para la población de Antananarivo, que espera ver mejoras en un futuro próximo.