Las bodas mauritanas son eventos grandiosos y coloridos que captan la atención de toda la capital. Estas celebraciones tradicionales, que suelen durar varios días, son una oportunidad para que las familias mauritanas se reúnan y perpetúen las costumbres ancestrales de su cultura.
Tan pronto como se celebra oficialmente el matrimonio en la mezquita, las mujeres se reúnen en casa de la novia para comenzar las festividades. Los tambores resuenan y los cantos de los grillos calientan el ambiente. Es un momento de compartir y alegría donde las mujeres brindan apoyo a la novia y fortalecen los lazos familiares. En estas ocasiones también se entrega la dote, lo que demuestra la generosidad y la solidaridad entre las familias.
Mientras tanto, el novio y sus amigos se unen a la celebración en la ceremonia de la «Toga», donde se entrega el anillo a la novia. Es entonces cuando aparece la novia, aún escondida bajo un velo blanco. Este velo simboliza la modestia y el respeto hacia los mayores de la familia. También es un momento de suspense y juego para los invitados, que intentan adivinar cómo luce la novia escondida bajo su velo.
La última noche está dedicada a la ceremonia “Marwah”, donde el marido viene a recoger a su esposa para irse de luna de miel. Esta vez la novia se esconde bajo un velo negro y los amigos de la novia intentarán impedir que se vaya, según la tradición. Este juego del escondite añade un toque divertido a la celebración y despierta la diversión de los invitados.
Las bodas mauritanas son acontecimientos memorables que reúnen a cerca de 400 invitados y que permiten preservar y transmitir las tradiciones culturales de Mauritania. Estas festividades, más allá de la unión de los novios, fortalecen los lazos familiares y crean un ambiente de alegría y convivencia.