Las elecciones presidenciales del 20 de diciembre de 2023 estuvieron marcadas por resultados provisionales controvertidos. Pese a ello, estos resultados nos dan algunos indicios sobre el juego político y el desempeño de los diferentes candidatos. En este artículo nos centraremos más particularmente en la campaña electoral y el colapso electoral de Denis Mukwege, premio Nobel de la Paz y candidato presidencial.
Una de las principales razones de la derrota de Denis Mukwege reside en su entrada tardía en la carrera electoral. Mientras que otros candidatos habían comenzado sus campañas mucho antes, Mukwege anunció su candidatura sólo un mes antes del inicio de la campaña electoral. Esto plantea dudas sobre la preparación y organización de su campaña, así como sobre su capacidad para movilizar a los votantes.
Además, la campaña electoral de Mukwege nunca despegó. Fue blanco de críticas por parte del presidente saliente, Félix Tshisekedi, quien lo acusó de ser un artífice de las cuestiones de género. Este ataque temprano afectó la credibilidad y popularidad de Mukwege, y su campaña no logró generar entusiasmo real en todo el país. Sólo hizo unas pocas apariciones en determinadas ciudades, pero no logró movilizar un apoyo masivo.
Otro factor que influyó en la derrota de Mukwege es la ausencia de una verdadera maquinaria política. A pesar del apoyo de algunas organizaciones de la sociedad civil, Mukwege no logró establecer una organización política fuerte para apoyar su candidatura. No pudo ganar los distritos electorales que a priori le eran favorables, lo que subraya la importancia de una infraestructura política estructurada y presente sobre el terreno.
En última instancia, la derrota de Denis Mukwege ilustra que el Premio Nobel de la Paz no es suficiente para ganar una elección presidencial. Se necesita una preparación minuciosa, una campaña electoral bien dirigida y una organización política sólida para tener esperanzas de llegar al poder. El Nobel puede dar visibilidad, pero no garantiza la victoria. La carrera por el poder requiere un trabajo profundo y una estrategia electoral eficaz.
En el caso de Denis Mukwege, su tardía candidatura, su deslucida campaña y la ausencia de una maquinaria política sólida llevaron a su derrota electoral con sólo el 0,22% de los votos. Esto nos recuerda que incluso las personalidades más prestigiosas deben dedicarse plenamente a la política para tener la esperanza de tener éxito en las urnas.