En Kenia, el vicepresidente William Ruto sigue acaparando titulares por desafiar abiertamente a la justicia. Su última acción: la inauguración de la obra de construcción de viviendas sociales en Nanyuki, situada a 200 km al norte de Nairobi. Este ambicioso proyecto pretende construir 200 apartamentos y crear 1.000 puestos de trabajo, con el objetivo final de crear 250.000 viviendas sociales en todo el país.
Sin embargo, esta iniciativa es controvertida ya que los tribunales suspendieron recientemente ciertas disposiciones de la ley de finanzas de 2023 que estaban destinadas a financiar esta política. Pese a ello, William Ruto ha optado por ignorarlo y acusar a los jueces de corrupción, afirmando que su independencia no debe suponer un obstáculo para el interés público. Esta actitud despertó la indignación de muchos actores políticos y de la sociedad civil.
La abogada y diputada de la oposición, Millie Odhiambo, reaccionó con fuerza afirmando que el presidente no podía decidir por sí solo si se sometía o no a la justicia y a la Constitución. Por su parte, la Kenya Law Society, una organización de abogados, convocó a manifestaciones en todo el país para protestar por las recientes declaraciones del presidente y defender la independencia del poder judicial.
Esta situación pone de relieve las tensiones que existen entre el ejecutivo y el judicial en Kenia. Es probable que continúe el enfrentamiento entre William Ruto y el poder judicial, con posibles implicaciones para la estabilidad política del país. Una cosa es segura: este caso plantea cuestiones cruciales sobre la independencia de la justicia y el impacto de las decisiones políticas en el funcionamiento del sistema judicial. A seguir de cerca.