La justicia colectiva es un fenómeno que lamentablemente ha sido recurrente en muchos países, incluida Nigeria. El trágico incidente de Aluu 4 en 2012, donde cuatro estudiantes fueron brutalmente asesinados por una turba enfurecida, es un ejemplo impactante de violencia de la justicia colectiva. Sin embargo, para algunos, esta idea de hacer «justicia» por su cuenta puede parecer atractiva, y esto se debe en parte a representaciones en los medios como la película «Issakaba».
“Issakaba”, dirigida por Lancelot Imasuen, cuenta la historia de un grupo de vigilantes que luchan contra delincuentes que la policía no logra arrestar. Estos justicieros utilizan poderes sobrenaturales para dotarse de una fuerza igual a la de los bandidos que persiguen. La película presenta estos actos de violencia como justos y necesarios, porque todas las víctimas son consideradas culpables.
El problema de esta representación de la justicia popular en «Issakaba» es que no tiene en cuenta la realidad. La verdadera justicia colectiva no tiene poderes sobrenaturales para determinar la culpabilidad de una persona. A menudo se basa en prejuicios y suposiciones, lo que tiene graves consecuencias para personas inocentes.
En realidad, la justicia colectiva es un ciclo de violencia que sólo perpetúa la ilusión de justicia. Priva a los acusados de sus derechos fundamentales a un juicio justo y a la presunción de inocencia. Además, alimenta el clima de violencia e impunidad en la sociedad.
Es importante que los medios y películas como «Issakaba» asuman su responsabilidad mostrando las consecuencias reales de la justicia popular. Deben enfatizar la importancia de un sistema de justicia y aplicación de la ley justos. La glorificación de la violencia y la venganza sólo refuerza los conceptos erróneos y los comportamientos destructivos que caracterizan la justicia colectiva.
En realidad, es esencial que los gobiernos fortalezcan las instituciones legales y eduquen a la gente sobre la importancia del Estado de derecho. Se debe alentar a los ciudadanos a denunciar los delitos a las autoridades correspondientes y confiar en que el sistema de justicia manejará estos casos de manera justa.
En conclusión, la justicia colectiva no es la respuesta a los problemas del crimen y la injusticia en la sociedad. Las representaciones mediáticas como la película “Issakaba” pueden dar una falsa sensación de legitimidad a esta forma de violencia. Es esencial promover el estado de derecho y combatir la impunidad para garantizar una sociedad justa y equitativa.