“Las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos alcanzaron el nivel más bajo desde 1991, pero se necesitan más avances para cumplir los objetivos climáticos de la administración Biden”

La disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos en 2023 a pesar del sólido crecimiento económico es una noticia alentadora para la lucha contra el cambio climático. La contaminación causante del calentamiento global ha disminuido casi un dos por ciento, alcanzando su nivel más bajo desde 1991, según datos del grupo independiente y no partidista Rhodium.

Esta reducción de emisiones se debe principalmente al cierre de centrales eléctricas de carbón contaminantes. Ben King, analista de Rhodium, señala que estas cifras indican un claro descenso con respecto a los ambiciosos objetivos fijados por el presidente Joe Biden al inicio de su mandato. Para cumplir el objetivo de reducir a la mitad las emisiones para finales de la década, las reducciones actuales deberían triplicarse, alcanzando alrededor del siete por ciento anual.

Para lograrlo, será necesario desarrollar masivamente energías renovables como la eólica, la solar y la nuclear, y promover el uso de vehículos eléctricos o combustibles libres de emisiones. Además, sectores industriales como el del acero, el cemento y el químico también tendrán que reducir drásticamente sus emisiones.

Aunque estas cifras son alentadoras, Ben King destaca que aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Será necesario mantener y fortalecer el ritmo actual de reducción de emisiones para garantizar la transición a una economía sostenible.

La disminución del uso de carbón ha tenido un impacto significativo en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los Estados Unidos. A diferencia de China, en Estados Unidos no se están construyendo nuevas plantas de carbón y muchas empresas están cambiando a fuentes de energía más limpias abandonando plantas obsoletas construidas en los años 1970 y 1980.

Estas cifras demuestran que la reducción de emisiones y el crecimiento económico pueden ir de la mano. Además, las recientes medidas fiscales a favor de la energía limpia deberían ayudar a acelerar esta transición hacia una economía baja en carbono. Sin embargo, persisten otros obstáculos, como la necesidad de acelerar la tramitación de permisos para proyectos de energía limpia y el despliegue de estaciones de carga para vehículos eléctricos.

En resumen, aunque Estados Unidos ha avanzado en la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero, aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar los objetivos climáticos fijados por la administración Biden. Es fundamental seguir invirtiendo en energía limpia y poner en marcha políticas de incentivos para acelerar la transición hacia una economía sostenible.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *