“Inundaciones sin precedentes en la República del Congo: se necesita una respuesta humanitaria urgente para hacer frente a este desastre devastador”

Inundaciones sin precedentes en la República del Congo (Brazzaville): una situación alarmante que requiere una respuesta humanitaria urgente.

Desde octubre de 2023, lluvias torrenciales han caído sobre la República del Congo, provocando inundaciones sin precedentes en la región. El río Ubangi, afluente del río Congo, se desbordó, sumergiendo bajo el agua nueve de los doce departamentos del país. Las consecuencias son desastrosas: más de 1,8 millones de personas están afectadas y más de 350.000 necesitan asistencia humanitaria urgente.

Jens Laerke, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), dijo en una conferencia de prensa en Ginebra que este desastre fue el más grave desde las catastróficas inundaciones de 1961. Los daños son considerables y muchas aldeas no pueden sobrevivir. Sólo se puede acceder a ellos en barco o canoa, lo que dificulta la entrega de ayuda.

Ante esta situación crítica, las agencias de las Naciones Unidas han desarrollado un plan de intervención en colaboración con el gobierno congoleño, que requiere un presupuesto total de aproximadamente 26 millones de dólares. Los sectores prioritarios identificados son vivienda, seguridad alimentaria, nutrición, salud y agua, saneamiento e higiene.

Para respaldar esta respuesta inicial, se destinó una asignación de 3,6 millones de dólares del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia a satisfacer las necesidades urgentes de 270.000 personas. Sin embargo, Jens Laerke subraya que se necesitará más financiación internacional para hacer frente a las consecuencias a largo plazo de esta catástrofe.

Clare Nullis, portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), subrayó también la excepcionalidad de esta situación. Esta inundación es la mayor desde 1961, cuando el caudal medido alcanzó los 80.000 metros cúbicos por segundo. El 9 de enero de 2024, el caudal ya había alcanzado los 75.000 metros cúbicos por segundo, provocando daños considerables.

Hasta la fecha, el informe oficial arroja 23 muertos y más de 6.000 personas desplazadas. Aún se desconocen las consecuencias a largo plazo de estas inundaciones, pero está claro que la gente necesitará apoyo y asistencia continuos para recuperarse de esta crisis.

Esta situación ilustra una vez más la importancia de prepararse y responder a los desastres naturales, así como la necesidad de solidaridad internacional para ayudar a las poblaciones afectadas. Es esencial brindar asistencia rápida y adecuada para satisfacer las necesidades inmediatas y ayudar a estas comunidades a reconstruirse a largo plazo.

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