“Agricultura francesa: la crisis que amenaza la supervivencia de las explotaciones agrícolas”

La agricultura en crisis: la lucha de los agricultores por la supervivencia

En el sector agrícola francés, la ira y la frustración están alcanzando nuevas alturas. Frente a una población que envejece y perspectivas económicas cada vez más sombrías, la agricultura se encuentra en medio de una crisis. A través de algunas cifras sorprendentes, nos sumergimos en el corazón de este malestar, con las reflexiones de Alessandra Kirsch, doctora en economía agrícola y directora de estudios del grupo de expertos Agriculture Stratégies.

La población agrícola francesa envejece

Con una edad media de 51,4 años, la población agrícola francesa está envejeciendo. Según los datos del censo de 2020, este promedio es superior a los 50,2 años registrados en 2010. Para 2026, casi 200.000 agricultores tendrán derecho a jubilarse. Al mismo tiempo, los jóvenes que desean dedicarse a la agricultura se enfrentan a un problema importante: simplemente no tienen los medios para invertir en propiedades agrícolas. Los altos costos de la agricultura y los ingresos inestables son barreras para los jóvenes aspirantes a agricultores. Se vuelve fundamental ofrecerles perspectivas laborales atractivas, tanto a nivel económico como profesional.

El declive de las granjas

En la última década, Francia ha perdido cerca de 100.000 explotaciones agrícolas, lo que supone una caída del 21%. Según Alessandra Kirsch, dos factores principales explican esta tendencia: la dificultad de transferir las explotaciones agrícolas, debido en particular al elevado volumen de transacciones inmobiliarias, y la falta de candidatos a adquisiciones. Así, el valor de la producción agrícola disminuye gradualmente, lo que requiere más capital y mano de obra para mantener el mismo nivel de ingresos. Estas dinámicas conducen a la consolidación de las explotaciones agrícolas, con consecuencias sobre el empleo y el equilibrio del sector agrícola.

La carga psicológica de los agricultores

La triste realidad es que los agricultores enfrentan un riesgo de suicidio un 43,2% mayor que el promedio de la población general, según la Mutuelle sociale agricole. Las jornadas de trabajo agotadoras, la presión económica y las críticas constantes afectan la salud mental de los agricultores. Conciliar la vida profesional y personal se vuelve especialmente difícil, con exigencias de disponibilidad permanente y horarios de trabajo a menudo restrictivos. Es fundamental apoyar a los agricultores proporcionándoles recursos y servicios adaptados para afrontar estos desafíos.

La precariedad financiera de los hogares agrícolas

Las tasas de pobreza en los hogares agrícolas en Francia son más altas que las de los trabajadores y empleados. Casi el 17,4% de los hogares agrícolas viven por debajo del umbral de pobreza, casi el doble del promedio nacional.. Esta situación se explica en gran medida por la volatilidad de los ingresos agrícolas. Los precios del mercado fluctúan rápidamente y los desastres naturales pueden acabar con una cosecha en cuestión de horas. A diferencia de otras profesiones, los agricultores no pueden negociar sus salarios ni determinar sus precios de venta con certeza. Por lo tanto, es esencial implementar medidas de apoyo financiero para ayudar a los agricultores a hacer frente a estas fluctuaciones económicas.

La caída de los precios de los cereales

Un ejemplo sorprendente de la crisis agrícola es la caída de los precios de los cereales. En diciembre de 2023, el trigo alcanzó su nivel más bajo, alcanzando sólo 214 euros por tonelada, según Euronext. Esta situación pone de relieve las dificultades que enfrentan los agricultores para obtener ingresos suficientes. Las fluctuaciones de precios hacen que las previsiones de ingresos sean inciertas y afectan directamente a la rentabilidad de las explotaciones.

Ante estos colosales desafíos, es fundamental apoyar la agricultura francesa y encontrar soluciones sostenibles para garantizar la supervivencia de las explotaciones. Los gobiernos, las organizaciones agrícolas y la sociedad en su conjunto deben trabajar juntos para crear un entorno propicio para la agricultura, brindando oportunidades atractivas para los jóvenes agricultores, implementando medidas de apoyo financiero y reconociendo la importancia crucial de la agricultura en nuestra sociedad. Ha llegado el momento de hacer oír la voz de los agricultores y de encontrar soluciones justas para garantizar la sostenibilidad de la agricultura francesa.

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