Alcohol en Arabia Saudita: ¿Cambios en el horizonte?
Arabia Saudita, un país predominantemente musulmán, ha prohibido la venta y el consumo de alcohol desde 1952, tras un incidente en el que uno de los hijos del rey Abdulaziz se emborrachó y mató a un diplomático británico en un ataque de ira.
Como resultado, los ciudadanos y extranjeros sorprendidos bebiendo están sujetos a castigos que van desde azotes públicos, multas, prisión y deportación.
Sin embargo, desde que el príncipe heredero Mohammed bin Salman presentó su agenda Visión 2030, en la que el reino del Golfo aflojó algunas restricciones estrictas, comenzaron a circular rumores de que el alcohol estaría disponible en el país.
Además, las discusiones, aunque no de fuentes oficiales, han sugerido que Arabia Saudita permitirá el consumo de alcohol por parte de los aficionados al fútbol durante la Copa Mundial de la FIFA 2034 que se celebrará en el país.
Sin embargo, fuentes cercanas al asunto dijeron a la AFP el miércoles 24 de enero de 2024 que el alcohol «se venderá a diplomáticos no musulmanes» que hasta entonces debían importar su bebida a través de un paquete diplomático o de un paquete oficial sellado.
Además, una declaración del gobierno saudita publicada el mismo día anunció que las autoridades estaban implementando «un nuevo marco regulatorio… para combatir el comercio ilícito de productos alcohólicos recibidos por las misiones diplomáticas».
«El nuevo proceso se centrará en asignar cantidades específicas de productos alcohólicos al ingresar al reino para poner fin al proceso no regulado anterior que resultó en el intercambio incontrolado de estos productos en el país».
La política «continuará garantizando que todos los diplomáticos en embajadas no musulmanas tengan acceso a estos productos dentro de cuotas específicas», añade el comunicado.
Como señala la declaración, poco cambiará inmediatamente para la gran mayoría de los 32 millones de habitantes de Arabia Saudita, que tienen pocos o ningún medio para consumir alcohol a menos que estén preparados para viajar al extranjero.
Aparte de las recepciones diplomáticas en el barrio diplomático de Riad, pueden elaborar vino casero o acudir al mercado negro, donde las botellas de whisky pueden venderse a precios exorbitantes, especialmente en vísperas de días festivos como la víspera de Año Nuevo.
Aunque estos cambios parecen menores para la población en general, representan un importante paso adelante en la política saudita. Sin embargo, es importante señalar que estas medidas sólo se aplican a los diplomáticos no musulmanes y no representan una apertura total al consumo de alcohol en el país..
Queda por ver si estos acontecimientos marcarán el comienzo de una flexibilización de las restricciones al alcohol en Arabia Saudita o si seguirán limitadas a categorías específicas de la población. El establecimiento de un marco regulatorio estricto sugiere que el gobierno saudita quiere controlar de cerca el consumo de alcohol y evitar posibles abusos.
En cualquier caso, estos cambios dan lugar a debates y preguntas sobre el futuro de la política sobre el alcohol en Arabia Saudita. Los próximos años serán decisivos para determinar si se harán más ajustes o si la situación seguirá como está.