Las protestas contra la controvertida ley de inmigración de Francia continúan sin cesar. El domingo pasado, decenas de miles de personas invadieron las calles de varias ciudades de todo el país para expresar su oposición a esta ley considerada inhumana y contraria a los valores franceses.
La decisión del Consejo Constitucional de rechazar determinadas medidas de la ley constituye un duro golpe para el gobierno de Emmanuel Macron. De los 86 artículos de la ley, 32 fueron declarados inconstitucionales. Entre las medidas rechazadas se encuentran aquellas que dificultaban la reunificación familiar de los inmigrantes en Francia y limitaban su acceso a la asistencia social. La ley también tenía como objetivo fortalecer la capacidad de Francia para expulsar a los extranjeros considerados indeseables.
La oposición de izquierda, representada por el diputado Eric Coquerel, celebró esta decisión y afirmó que «es una primera victoria, sin duda se ha evitado lo peor». Destacó el rechazo de los artículos inconstitucionales y antirrepublicanos, en particular los que cuestionan el derecho agrario y crean una preferencia nacional.
Mientras tanto, los manifestantes expresaron alivio por el rechazo de partes de la ley, pero resaltaron su preocupación por toda la ley, que creen que se basa en ideas de extrema derecha. Aboubacar Dembélé, uno de los manifestantes, dijo: «Nuestro verdadero problema es toda la ley, porque se basa en ideas de extrema derecha, teniendo en cuenta todas sus ideas».
Esta controvertida ley de inmigración ha sido criticada por comprometer los valores franceses y estar alineada con ideologías de extrema derecha. Las manifestaciones que tuvieron lugar frente al Consejo Constitucional tenían como objetivo denunciar la supuesta concesión del gobierno al partido de extrema derecha Agrupación Nacional de Marine Le Pen para aprobar la ley en el Parlamento.
Estas protestas son parte de un contexto más amplio de tensiones en Europa en torno a la cuestión migratoria, con el ascenso del poder de los partidos antiinmigración de extrema derecha antes de las elecciones al Parlamento Europeo en junio. El aparente giro de Emmanuel Macron hacia posiciones más conservadoras en cuestiones de seguridad e inmigración está provocando un debate sobre la ley de inmigración y sus implicaciones para el panorama político francés.
En conclusión, la decisión del Consejo Constitucional de rechazar determinadas medidas de la ley de inmigración en Francia es un obstáculo importante para el gobierno de Emmanuel Macron. Los manifestantes expresaron alivio pero también resaltaron preocupaciones sobre la dirección general de la ley. Esta situación refleja las crecientes tensiones sobre la cuestión migratoria en Europa y pone de relieve la creciente influencia de las ideas de extrema derecha en la política francesa.