El plan de desarrollo de Italia para África se presenta como un Plan Marshall para el continente. Con el objetivo de reducir la migración ilegal a través de la prosperidad económica y transformar a Italia en un centro clave de suministro de energía.
La cumbre celebrada el pasado lunes en el Senado italiano marcó la primera vez que este plan se debatió a nivel de jefes de Estado o de Gobierno. Los ministros italianos presentaron diferentes aspectos del plan durante la cumbre, demostrando el compromiso de todas las instituciones públicas italianas con este proyecto. El presidente italiano, Sergio Mattarella, también organizó una cena de gala para recordar la importancia de esta iniciativa.
Aunque el plan Mattei se considera un enfoque a largo plazo para reducir la migración, algunos expertos subrayan que hará falta al menos una década para lograr resultados significativos. El secretario general de una de las principales fundaciones italianas sin fines de lucro para el desarrollo en África, Giampaolo Silvestri, explicó que para tener un impacto en estos países, especialmente en términos de educación, serán necesarios al menos diez años para obtener resultados concretos.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana y el subdirector de las Naciones Unidas han subrayado que los cambios son esenciales para realizar el potencial de África. Con su población joven y vibrante, recursos minerales críticos y vastas oportunidades de energía renovable, África tiene el potencial de convertirse en una potencia de energía limpia, un centro de servicios digitales y el próximo gran centro manufacturero global.
La cumbre reunió a una veintena de líderes africanos, entre ellos William Ruto de Kenia, y marca el inicio de la presidencia italiana del Grupo de los Siete (G7). Sin embargo, también se han expresado críticas a este plan. Algunos parlamentarios de la oposición italiana, así como activistas medioambientales, ven el plan como una «caja vacía» neocolonial destinada a volver a explotar los recursos naturales de África.
Además del Plan Mattei, el gobierno italiano también firmó acuerdos controvertidos con algunos países para aliviar la carga migratoria de Italia. Un acuerdo respaldado por la Unión Europea con Túnez tiene como objetivo reducir las salidas a través de proyectos de desarrollo económico y oportunidades de migración legal. Asimismo, un acuerdo bilateral con Albania prevé la creación de centros en Albania para tramitar las solicitudes de asilo de los inmigrantes que llegan por mar a Italia.
Este plan italiano de desarrollo para África representa un enfoque ambicioso para combatir la migración ilegal mediante la promoción del desarrollo económico y la búsqueda de soluciones sostenibles. Sin embargo, su impacto a corto plazo sigue siendo incierto y hará falta tiempo y perseverancia para alcanzar plenamente los objetivos fijados.