La guerra en Oriente Medio no es la solución: lo declaró el domingo pasado en una conferencia sobre relaciones internacionales en Teherán.
Las declaraciones se producen mientras los rebeldes hutíes en Yemen, que dicen que buscan poner fin a la ofensiva de Israel en Gaza, continúan atacando barcos en el Mar Rojo.
“El unilateralismo de Occidente en su apoyo ciego a un régimen ilegítimo de apartheid y ocupación ha anulado todos los logros de los seres humanos en el ámbito del multilateralismo y el derecho internacional”, afirmó Hossein Amirabdollahian.
«Desde el comienzo de la crisis, hemos afirmado claramente que la guerra no es la solución y que podría deteriorar la seguridad de la región. Nos perjudicaría a todos».
Los frentes de guerra actuales en el conflicto palestino-israelí también incluyen Cisjordania y la frontera con el Líbano.
La ofensiva militar israelí en Gaza ha matado a más de 26.000 palestinos y ha destruido cementerios, escuelas, lugares de culto y sitios arqueológicos.
El conflicto actual en el Medio Oriente es una tragedia que continúa desarrollándose ante nuestros ojos. Las consecuencias humanas y materiales son devastadoras, un cruel recordatorio de que la guerra no resuelve nada.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán tiene razón al señalar que el unilateralismo occidental y el apoyo incondicional a regímenes ilegítimos sólo intensifican las tensiones y socavan los esfuerzos de paz. Existe una necesidad urgente de recurrir a soluciones pacíficas y promover el diálogo para resolver las diferencias.
Es esencial reconocer que todas las partes pueden contribuir a la paz y la estabilidad en la región. Los actos unilaterales, los ataques indiscriminados y las políticas opresivas sólo alimentarán el ciclo de violencia y sufrimiento.
Como miembros de la comunidad internacional, tenemos la responsabilidad de apoyar los esfuerzos de mediación, promover el respeto de los derechos humanos y trabajar por una solución duradera y equitativa para todas las partes involucradas.
La guerra no puede ser la respuesta a nuestros problemas. Es hora de poner fin a la violencia, volver al diálogo y buscar soluciones pacíficas que garanticen la seguridad, la dignidad y la prosperidad para todos.