Las calles de Dakar, capital de Senegal, fueron escenario de violentos enfrentamientos entre activistas de la oposición y fuerzas del orden el pasado viernes. Esta escalada de tensiones políticas se originó en una manifestación organizada por partidarios de los candidatos presidenciales de la oposición. Se oponen a una ley recientemente aprobada por la Asamblea Nacional que no sólo pospuso las elecciones presidenciales hasta el 15 de diciembre, sino que también extendió de manera controvertida el mandato del presidente Macky Sall.
Cuando los manifestantes se reunieron, la policía y los gendarmes intervinieron rápidamente, utilizando gases lacrimógenos para dispersar a la multitud e impedir que se llevara a cabo la manifestación. Sin embargo, sus acciones sólo han alimentado la ira y la frustración entre los partidarios de la oposición.
Durante toda la tarde y la noche, Dakar estuvo sumido en la tensión y el caos. Las barricadas en llamas llenaron el aire de humo, creando una atmósfera de incertidumbre en la ciudad. En el centro de este caos, los periodistas se encontraron en primera línea, enfrentando la hostilidad tanto de los manifestantes como de las fuerzas del orden.
Varios periodistas se enfrentaron a acciones legales por parte de las autoridades, mientras que otros fueron detenidos brevemente. Algunos incluso resultaron heridos durante los enfrentamientos, lo que pone de relieve los peligros que enfrentan quienes cubren estos eventos.
A pesar de la volátil situación, las protestas continuaron hasta bien entrada la noche, con el sonido de las sirenas de la policía resonando por las calles. Para los residentes de Dakar, el viernes fue un día marcado por la violencia y la incertidumbre, mientras la ciudad afronta las repercusiones de los disturbios políticos que sacuden al país.
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