En Kenge, en la provincia de Kwango, el alcalde Noel Kuketuka adoptó recientemente una medida controvertida: prohibir la venta de fruta verde. Esta decisión tiene como objetivo prevenir los riesgos para la salud asociados con el consumo de frutas que aún no han alcanzado la madurez, pero también permitir a las autoridades controlar mejor la producción de frutas en la región.
El alcalde de Kenge justificó esta prohibición destacando la importancia de la salud pública, afirmando que los frutos inmaduros podrían ser causa de diversas enfermedades. Subrayó también la importancia de que los servicios competentes dispongan de datos precisos sobre la producción frutícola local.
Noel Kuketuka ha implementado estrictas medidas de control, con la ayuda de los servicios de cuarentena vegetal responsables de aplicar estas nuevas regulaciones. Los infractores corren el riesgo de confiscación de sus bienes.
Sin embargo, esta prohibición provoca reacciones divergentes entre la población. Mientras algunos apoyan la decisión del alcalde, otros señalan que la venta de frutos verdes constituye a veces un medio de vida para muchas mujeres que los venden. Se invita a estos últimos a recurrir a otros productos para asegurar sus ingresos.
Symphorien Kwengo, vicepresidente de la sociedad civil de Kwango, expresó su apoyo a esta medida y pidió al alcalde que formalice la orden para evitar confusiones.
Esta iniciativa plantea interrogantes sobre las cuestiones económicas y sociales vinculadas a la producción y comercialización de frutas, al tiempo que destaca la necesidad de encontrar un equilibrio entre los imperativos de salud y las realidades económicas locales.