Los recientes ataques «racistas» dirigidos contra la cantante franco-maliense Aya Nakamura por parte de grupos de extrema derecha franceses han sido condenados enérgicamente por el comité organizador de los Juegos Olímpicos de París.
La protesta estalló tras los informes de que Nakamura interpretaría una canción de Edith Piaf en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos.
A pesar de llegar a Francia cuando era niño y obtener la ciudadanía francesa, Nakamura enfrentó una reacción xenófoba.
Los partidarios del partido de extrema derecha Reconquista también le gritaron en un mitin. Los líderes y fanáticos franceses se han manifestado en apoyo de Nakamura, pero el grupo de extrema derecha Les Natifs insiste en que ella no representa la cultura francesa.
A pesar de la controversia, Nakamura sigue siendo uno de los músicos más populares de Francia.
Este evento destaca una vez más los desafíos que enfrentan los artistas de origen inmigrante en Francia y destaca la compleja cuestión de la identidad cultural en un país multifacético. Esperamos que esta polémica sirva para abrir un debate constructivo sobre la diversidad y la inclusión en la sociedad francesa.