En un esfuerzo por resolver la crisis en la República Democrática del Congo (RDC), el presidente ruandés, Paul Kagame, ha expresado su voluntad de entablar un diálogo con su homólogo congoleño, Félix Tshisekedi. Esta decisión se produce tras los esfuerzos de mediación liderados por el gobierno angoleño, bajo el liderazgo del presidente João Lourenço, que actúa como mediador de la Unión Africana en la crisis en la República Democrática del Congo.
La confirmación de la celebración de este encuentro se produjo tras un encuentro en Luanda, capital de Angola, entre el Presidente Kagame y su homólogo angoleño. El Ministro de Asuntos Exteriores angoleño, Tete Antonio, informó a la prensa que el Presidente Kagame se había comprometido a reunirse con el Presidente Tshisekedi en la fecha fijada por el mediador.
Ambos países han aceptado esta reunión y las delegaciones ministeriales de ambos países participan activamente para facilitar el diálogo. Una declaración oficial de la presidencia de Ruanda destacó que los dos líderes habían «acordado medidas clave para abordar las causas fundamentales del conflicto», insinuando un posible avance en la resolución de la crisis actual.
La medida se produce mientras aumentan las tensiones en el este de la República Democrática del Congo, donde los enfrentamientos entre los rebeldes del M23 y las fuerzas congoleñas han desplazado a más de 100.000 personas, según informes de las Naciones Unidas.
Antes de este acuerdo, el presidente Tshisekedi había exigido la retirada de las tropas ruandesas del territorio congoleño como condición previa para la reunión, condición que Ruanda niega categóricamente.
La voluntad de Kagame de entablar un diálogo subraya la importancia de la cooperación regional para abordar los complejos desafíos que afectan a la región de los Grandes Lagos. Las acusaciones sobre el apoyo de Ruanda a los rebeldes del M23 han complicado aún más la situación, y Kigali niega rotundamente cualquier implicación en el conflicto. La próxima reunión brinda una oportunidad para que ambos países aborden estas acusaciones y exploren vías de colaboración constructiva para resolver la crisis.
Esta apertura al diálogo entre los líderes ruandeses y congoleños constituye un paso importante hacia una resolución pacífica de las tensiones en la República Democrática del Congo, lo que genera esperanzas de un futuro más estable para la tumultuosa región de los Grandes Lagos.