En el contexto actual marcado por una creciente concienciación sobre las cuestiones medioambientales, resulta imprescindible abordar en profundidad la cuestión de las emisiones de metano procedentes de la industria de los combustibles fósiles. De hecho, datos recientes de la Agencia Internacional de Energía revelan que los niveles de emisiones de metano siguen siendo alarmantes, a pesar de las soluciones rentables existentes para reducirlas.
El metano, el segundo gas de efecto invernadero más preocupante después del CO2, es emitido principalmente por actividades relacionadas con la explotación de petróleo, gas y carbón, así como por otras fuentes como la bioenergía. Estas emisiones, estimadas en alrededor de 120 millones de toneladas en 2023, están alcanzando niveles récord debido a las fugas desbloqueadas.
En este contexto, es esencial enfatizar que se pueden implementar acciones concretas para reducir significativamente estas emisiones de metano sin un impacto financiero significativo. Cifras alarmantes revelan que más del 40% de estas emisiones podrían evitarse sin coste neto, gracias a medidas de captura y valorización del metano.
Se identifican los principales emisores de metano procedente de la industria de los combustibles fósiles, en particular China, Estados Unidos y Rusia. Estos países tienen un papel clave que desempeñar en la reducción de las emisiones de metano, mediante la implementación de regulaciones estrictas y prácticas eco-responsables.
A pesar de los desafíos que tenemos por delante, están surgiendo señales positivas, como los compromisos asumidos en la COP28 y la iniciativa «Global METANO Pledge», cuyo objetivo es reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030. Estas acciones colectivas podrían permitir una reducción significativa de las emisiones de metano a nivel mundial. escala global.
En conclusión, la lucha contra las emisiones de metano procedentes de la industria de los combustibles fósiles es una cuestión crucial para la preservación del medio ambiente y la lucha contra el calentamiento global. Es imperativo que las partes interesadas se comprometan plenamente a adoptar medidas concretas y sostenibles para revertir esta preocupante tendencia y preservar el planeta para las generaciones futuras.