En noticias recientes, un caso de divorcio causó mucho revuelo tras la solicitud de Akinwumi de separarse de su esposa Toyin después de 14 años de matrimonio. Las razones dadas son la constante violencia doméstica y la incompatibilidad espiritual. Akinwumi testificó sobre el abandono de su esposa hacia él, especialmente cuando estaba gravemente enfermo.
Según él, un año después de su matrimonio, su relación comenzó a deteriorarse, marcada por incesantes discusiones y falta de cariño. A pesar de la ayuda financiera de los familiares de Toyin para lanzar su negocio de transporte, Akinwumi decidió solicitar la disolución de su matrimonio creyendo que su relación ya no era viable.
Se comprometió a pagar una pensión mensual de 25.000 naira para mantener a sus dos hijos que actualmente viven con su madre. Por el contrario, Toyin expresó su oposición a la separación, diciendo que todavía amaba a su marido, pero no refutó las acusaciones en su contra.
Tras revisar la situación, el juez concluyó que existía un matrimonio tradicional válido entre Akinwumi y Toyin, debido al pago de la dote. Ante la falta de amor declarada por la demandante, se concedió el divorcio.
Este caso resalta la importancia de la comunicación y el respeto mutuo en un matrimonio, así como la necesidad de considerar el bienestar de los niños en tales situaciones. Es fundamental abordar estas cuestiones con sensibilidad y responsabilidad para evitar consecuencias perjudiciales para todas las partes implicadas.