El gobierno colombiano acaba de anunciar la reanudación de acciones ofensivas contra la principal facción disidente de las Farc en tres regiones del país: Nariño, Cauca y Valle del Cauca. Esta decisión se produce tras un ataque perpetrado por los rebeldes contra un grupo de indígenas en Toribio, poniendo así fin a la tregua concluida con esta facción disidente.
Esta escalada de violencia se produce a menos de un mes de la suspensión de los diálogos de paz con el ELN y pone en duda los avances logrados con los grupos armados disidentes de las Farc. El presidente Gustavo Petro condenó el ataque en Toribio, en el que murió una mujer, y señaló que los indígenas atacados asistían a un evento público organizado por su gobierno.
Pese a la suspensión de la tregua en los tres departamentos afectados, sigue vigente en otras regiones del país, como la Amazonía y la frontera con Venezuela. Cela souligne les défis persistants auxquels est confrontée la Colombie en matière de sécurité et de paix, même sous la présidence de Gustavo Petro, qui s’efforce de mettre en œuvre une politique de «paix totale» visant à désarmer les groupes armés encore actifs dans el país.
La situación actual en Colombia refleja la complejidad de los temas relacionados con la consolidación de la paz en un contexto de conflicto armado prolongado. La continua inestabilidad en ciertas regiones del país resalta la importancia de continuar los esfuerzos para lograr una paz duradera e inclusiva para toda la población colombiana.
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