El reciente desalojo llevado a cabo por el gobierno de Costa de Marfil en el distrito chatarrero de Anoumabo, en Koumassi, suscitó una viva controversia en Abiyán. Los vecinos, advertidos en el último momento, se vieron obligados a abandonar sus talleres y viviendas en un tiempo récord. Imágenes de excavadoras destruyendo construcciones precarias han circulado en las redes sociales, despertando la indignación de muchos internautas.
Ante esta situación, la sociedad civil se movilizó para defender los derechos de los desplazados. Pulchérie Gbalet, activista comprometida, denuncia medidas de apoyo que la mayoría de los afectados consideran insuficientes. De hecho, la compensación propuesta por el gobierno no permitiría a los desplazados encontrar un realojo digno en la capital de Costa de Marfil.
La coalición de ONG fundada por Pulchérie Gbalet ha iniciado un censo de las poblaciones afectadas para ayudarlas a solicitar una indemnización justa y ejercer sus derechos ante los tribunales. La situación de los chatarreros de Anoumabo es emblemática de este problema, mientras intentan rescatar lo que pueden de los escombros que dejan las topadoras del gobierno.
Este debate plantea cuestiones esenciales sobre la política de urbanización en Abiyán y la consideración de las poblaciones más vulnerables en estos procesos. Destaca las cuestiones del acceso a una vivienda digna y digna para todos. A la espera de ver cómo evoluciona la situación, es importante permanecer atentos a las consecuencias sociales y humanas de estos brutales desalojos.