Cien años después de haber sido sede de los Juegos Olímpicos de París en 1924, el estadio departamental Yves-du-Manoir de Colombes se prepara para revivir una nueva página de su emblemática historia. Recién renovado, este lugar lleno de emociones y recuerdos se prepara para acoger las pruebas de hockey sobre hierba durante los Juegos Olímpicos de París este verano. Una verdadera vuelta a lo básico para este recinto deportivo rico en historia.
Durante su inauguración, el entusiasmo fue palpable con la presencia de grandes personalidades como Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, y muchos otros actores del mundo del deporte y la política. Este encuentro marcó el inicio de una aventura olímpica tan apasionante como la de 1924, donde el estadio de Colombes fue testigo privilegiado de las actuaciones de atletas de todo el mundo.
Por ello, este lugar legendario ha sido transformado para garantizar infraestructuras modernas para los deportistas y el público. Con la construcción de nuevos campos sintéticos, iluminados y equipados con gradas acogedoras, el estadio Yves-du-Manoir se prepara para vivir nuevos momentos de emoción y de intensa competición.
Más allá de su aspecto material, el estadio de Colombes también está lleno de recuerdos e historias cautivadoras. De hecho, durante los Juegos Olímpicos de 1924, fue escenario de momentos inolvidables, en particular gracias a la rivalidad entre los velocistas británicos Harold Abrahams y Eric Liddell, y a las hazañas de los «finlandeses voladores» en el atletismo.
Hoy, mientras el estadio se prepara para recibir una vez más a atletas de alto nivel, se rinde un homenaje especial a Eric Liddell, símbolo de determinación y fe, cuyo trágico destino marcó la historia de los Juegos Olímpicos. Su placa conmemorativa recuerda la grandeza de este deportista excepcional, fuente de inspiración para generaciones enteras.
Así, el estadio departamental Yves-du-Manoir de Colombes se prepara para escribir una nueva página de su historia en la gran aventura olímpica. Símbolo de perseverancia, pasión y excelencia, este lugar legendario sigue despertando la admiración y el entusiasmo de los aficionados al deporte de todo el mundo.