En Goma, en la región de Kivu Norte de la República Democrática del Congo, la escasez de agua potable ha sumido a los residentes en una crisis aguda durante varios días. Los grifos de la autoridad distribuidora de agua (REGIDESO) ya no entregan una gota de agua, lo que obliga a la población a emprender una carrera frenética en busca de preciosas reservas.
La observación es amarga: chicas, chicos y señoras, todos equipados con bidones amarillos, caminan por las calles de los barrios de Goma con la esperanza de encontrar agua. La escasez se deja sentir hasta el punto de aumentar significativamente el precio de un contenedor de veinte litros de agua, pasando de 100 a 500 francos congoleños y más en algunos lugares. Este aumento de los precios tiene un duro impacto en los hogares que ya son vulnerables.
La situación es aún más preocupante porque la región se enfrenta a altas temperaturas que alientan a la población a rehidratarse regularmente. Desafortunadamente, el acceso al agua se está convirtiendo en un lujo para muchos, lo que obliga a algunos a levantarse al amanecer para buscar fuentes de suministro.
Esta crisis no afecta sólo a Goma, sino que se extiende a la localidad de Cantine, situada a unos cincuenta kilómetros de Beni. Las consecuencias son graves: enfermedades transmitidas por el agua, escasez de verduras en los mercados locales y mayores riesgos para las mujeres que a veces tienen que esperar hasta medianoche para conseguir agua.
Ante esta alarmante situación, la población pide una intervención urgente de las autoridades y sus socios para paliar esta escasez de agua potable. La crisis del agua en Goma y sus alrededores ilustra los desafíos cruciales que enfrentan muchas comunidades, que requieren soluciones rápidas y sostenibles para garantizar un acceso equitativo al agua potable para todos.