En el mundo del arte contemporáneo, a menudo surgen controversias que provocan ardientes debates y profundas reflexiones. Recientemente, una obra titulada “Los tres hermanos yoruba” llamó la atención por su polémico contenido. Esta pintura, del artista Slawn, ha sido criticada por promover estereotipos racistas y alimentar una caricatura occidental de los afrodescendientes.
La pintura presenta tres monos de caras horribles y labios grandes llamados Alara, Ajero y Orangun. Retratar a personas negras con rasgos faciales exagerados o como simios en los medios occidentales ha sido criticado durante mucho tiempo como una deshumanización racista.
Han resurgido viejas publicaciones de Slawn en las redes sociales, lo que ha provocado críticas de que los estereotipos representados en la pintura tienen como objetivo deshumanizar. En una de las publicaciones antiguas, dijo: «Nigeria es verdaderamente una zona de negros». En otro, dijo: «Estoy creando una aplicación donde los blancos pueden pagarme para que me llame negro de forma anónima».
A pesar de la controversia, Slawn se ha convertido en una voz creciente en la escena del arte africano contemporáneo al cultivar una audiencia principalmente blanca. Su ascenso a la fama estuvo marcado por una venta récord en Sotheby’s, la casa de subastas más grande del Reino Unido, donde su cuadro «Bobo n Jarrad Go To Church» se vendió por una suma significativa, superando con creces su precio inicial.
Originario de Lagos pero ahora afincado en el Reino Unido, Slawn, que comenzó con el arte callejero, conquistó rápidamente la escena artística europea. Su capacidad para provocar reacciones intensas y generar debates plantea preguntas complejas sobre la representación, la identidad y la responsabilidad artística en un mundo en constante cambio.
En un contexto donde el arte puede ser un arma de doble filo, abrir un diálogo constructivo y matizado sobre temas delicados como la raza y la representación se vuelve crucial para avanzar hacia una sociedad más inclusiva e ilustrada. Este debate en torno a «Los tres hermanos yoruba» destaca la necesidad de una reflexión crítica y una gran conciencia para navegar sabiamente en las aguas turbulentas del arte y la cultura contemporáneos.