Ayolola compartió recientemente con Chude Jideonwo su viaje hacia la paternidad, revelando que en el momento en que escuchó la noticia, estaba deprimido y no estaba listo para ser padre. Dijo: «Todavía estaba descifrando mi orientación y tratando de descubrir por qué estaba allí. Quiero decir, sabía por qué estaba allí, pero estaba tratando de navegar esas aguas. Y ahora se supone que debo cuidar de ¿Se puede hacer o romper la vida de alguien directamente por mi culpa?
También reveló que cuando supo que iba a ser padre fuera del matrimonio, cayó sobre él una gran decepción, pues sintió que había decepcionado a su padre pastor y a todos.
«Tuve un hijo fuera del matrimonio. ¿A qué edad? Como hijo de un pastor, por supuesto, mi padre no estaba muy contento conmigo en ese momento y yo estaba tan deprimido que casi acabo con mi vida. Fue uno de los momentos más bajos de mi vida estaba tan cegado por el lado negativo que no veía las bendiciones en él», dijo.
Ayolola también describió el momento en que la depresión lo invadió y se encontró en medio de una carretera muy transitada, con la esperanza de ser atropellado por un automóvil y morir.
«Pensé: ‘¿Qué pasa si termino esto ahora? Ya sabes, nadie me va a extrañar’. En realidad estaba en medio de la carretera y cuando calculé para cruzar, calculé mal deliberadamente para ser atropellado. Tal vez sea una buena idea», dijo.
En el último momento empezó a reconsiderar su decisión cuando la idea de ir al infierno lo invadió y milagrosamente no fue derribado.
«Pero luego, creo que el miedo de saber que si lo haces, irás al infierno. No quiero ir al infierno. Tal vez fue una mala idea. Y entonces algo pasó, tal vez se aceleró o Bajé un poco la velocidad y el auto me pasó rozando, todavía me caí de la carretera y la gente vino a ayudarme a levantarme, sin saber lo que había intentado hacer”, continuó Ayolola.
El actor reveló que luego de su intento su mentalidad cambió por completo y comenzó a ver los lados positivos de la paternidad. Destacó que este suceso le permitió cuestionarse y darse cuenta de que la vida aún tenía mucho que ofrecerle.