El mercado de Gombaré en Kalamu, que alguna vez fue un próspero lugar de actividades comerciales, ha perdido su brillo para convertirse en un triste espectáculo de desolación. Los vendedores que trabajan allí se enfrentan a condiciones laborales deplorables, en un contexto de suciedad y residuos que se acumulan de forma alarmante.
La observación es amarga para los comerciantes, que deploran la laxitud de las autoridades locales en la gestión de este mercado. Annie, vendedora de cebollas, expresa amargamente su enfado por la inacción de los responsables y subraya que, a pesar de los impuestos pagados regularmente, no se ha logrado ninguna mejora significativa en este lugar insalubre. Las autoridades locales han sido señaladas por su falta de compromiso para resolver este problema, lo que deja a los comerciantes en una situación precaria inaceptable.
Jeancy, vendedora de pimientos, denuncia las acciones del nuevo alcalde que, en lugar de mejorar las condiciones del mercado, contribuyó a su deterioro arrojando más residuos. Esta alarmante situación no sólo expone a los comerciantes a riesgos para la salud, sino que también dificulta mucho el acceso de los clientes debido al deplorable estado del mercado.
Obeb Makambo, vendedor de patatas, teme por su salud y la de sus compañeros y pide a las autoridades que actúen rápidamente para remediar la situación. La amenaza de enfermedades relacionadas con las condiciones insalubres del mercado es muy real y los comerciantes piden una intervención urgente para limpiar los locales y garantizar condiciones de trabajo dignas.
Chancelvie Mawete, vendedora de aguacates, comparte la misma angustia que sus colegas y destaca los riesgos de caídas y accidentes relacionados con el deplorable estado del mercado. El sufrimiento de los comerciantes es palpable y el llamamiento a las autoridades en busca de ayuda está lleno de esperanzas de cambios positivos.
A pesar de la optimista inscripción «Kalamu Bopeto» que aparece en un cartel oficial, la realidad del mercado de Gombaré está lejos de reflejar esta imagen idílica. Es hora de que las autoridades asuman sus responsabilidades y actúen para restaurar este lugar de comercio a su antigua gloria y ofrecer a comerciantes y clientes un entorno saludable y seguro.