La adopción por el Parlamento de la reforma de la seguridad nuclear constituye un importante punto de inflexión en el panorama energético francés. La fusión de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) y el Instituto de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (IRSN) para crear una Autoridad de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASNR) está provocando apasionados debates sobre sus implicaciones y consecuencias.
Este proyecto de ley del Gobierno, tras un turbulento recorrido por el Parlamento, fue finalmente adoptado gracias a una votación favorable en el Senado. El objetivo declarado es racionalizar el sistema de control de la seguridad nuclear reuniendo a estas dos entidades para una mejor coordinación y una mayor capacidad de respuesta. Sin embargo, los opositores a la reforma temen que esta fusión obstaculice la independencia de las decisiones tomadas por la futura ASNR.
La cuestión de la independencia de los expertos y la transparencia en el sector nuclear es crucial. Los sindicatos ASN e IRSN expresaron su preocupación por esta fusión, destacando el riesgo de pérdida de autonomía. Los empleados han expresado repetidamente su oposición a esta reforma, argumentando que la seguridad nuclear podría verse comprometida.
Esta revisión de la organización de la seguridad nuclear en Francia también provocó reacciones dentro de la clase política. La Agrupación Nacional (RN) apoyó el proyecto de ley adoptando un giro sorprendente, tras acalorados debates. Esta evolución política fue criticada por algunos cargos electos, que denunciaron cambios de opinión oportunistas.
En definitiva, la creación de la ASNR en 2025 marca un paso importante en el ámbito de la seguridad nuclear en Francia. Los defensores de la reforma enfatizan los beneficios de una estructura unificada más receptiva y eficiente. Sin embargo, las dudas persistentes sobre la independencia y la transparencia de esta nueva entidad subrayan la necesidad de un seguimiento cuidadoso de su funcionamiento y sus decisiones.