La economía global está en constante evolución y los principales actores buscan constantemente nuevos mercados para expandir sus negocios. Recientemente, Rusia tomó medidas audaces al comenzar a exportar diésel a Sudán, tras un embargo de la Unión Europea.
Desde que entró en vigor en febrero de 2023 el embargo de la UE a las importaciones de productos petrolíferos rusos, el suministro de diésel se ha redirigido a diversos destinos, incluidos Brasil, Turquía, países de África, Asia y Oriente Medio, así como a través de barcos a -carga de buques (STV).
Los datos de LSEG revelan que dos petroleros, el Pavo Rock y el Conga, transportaron aproximadamente 70.000 toneladas métricas de diésel con contenido ultrabajo de azufre a Sudán después de haber sido cargados en febrero en el puerto ruso de Primorsk, en el Báltico.
Estos cargamentos fueron descargados en la terminal Al Khair en Port Sudan los días 2 y 5 de abril, respectivamente, según datos de seguimiento marítimo. Además, otro barco, el Marabella Sun, cargado en marzo en el puerto ruso de Vysotsk en el Báltico, se encuentra actualmente en ruta a Port Sudan y se espera que sea descargado el 17 de abril, según datos de LSEG.
A pesar de los intentos de aclaración, el Ministerio de Petróleo de Sudán no respondió a las solicitudes de comentarios.
Los analistas dicen que Sudán necesita alrededor de 45.000 barriles por día (bpd) de diésel, o alrededor de 6.000 toneladas por día, para satisfacer la demanda local.
Actualmente, el país importa entre 60.000 y 70.000 toneladas métricas de diésel al mes, principalmente de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Las llegadas de diésel a Sudán alcanzaron alrededor de 116.000 toneladas métricas en marzo, según datos de LSEG.
Este nuevo acontecimiento pone de relieve la capacidad de Rusia para adaptarse al escenario económico mundial, buscando diversificar sus mercados frente a las presiones comerciales. La exportación de diésel a Sudán demuestra una estrategia proactiva para superar obstáculos y aprovechar nuevas oportunidades. Esta expansión hacia los mercados emergentes podría allanar el camino para asociaciones comerciales más estrechas y fortalecer la posición de Rusia en el escenario internacional.