En el corazón de los majestuosos bosques de Rumanía, se lleva a cabo una lucha constante para proteger a la población de osos pardos, que ha sido amenazada por cazadores durante siglos. A pesar de estos desafíos, existen individuos dedicados que se esfuerzan por preservar a estas magníficas criaturas. Recientemente, un equipo de Fatshimetrie tuvo el privilegio de visitar los bosques donde los osos, incluidos cachorros huérfanos, han encontrado un refugio lejos de la interferencia humana.
En Zărnești, Rumanía, Cristina Lapis, fundadora del Santuario de osos Libearty, lidera los esfuerzos de conservación en primera línea. Cuando los osos se aventuran en zonas urbanas, es común solicitar la intervención de Lapis y su equipo. Muchos de estos animales son rescatados y trasladados al santuario, donde pueden vivir en paz el resto de sus días.
La historia del santuario se remonta a más de dos décadas, cuando Maya, una osa capturada en Bran, conmovió el corazón de Lapis. A pesar de los esfuerzos por salvar a Maya, el síndrome de cautiverio acabó cobrándose la vida del oso. Esta trágica pérdida inspiró a Lapis a dedicarse a proteger a otros osos con destinos similares.
El síndrome de cautiverio, una condición en la que los osos se acostumbran tanto al cautiverio que les resulta difícil adaptarse a la libertad, es un gran desafío para los osos rescatados. Aun después de ser liberados en la naturaleza, estos osos pueden seguir mostrando comportamientos aprendidos en cautiverio, como caminar alrededor del perímetro de sus antiguos recintos. Para abordar este problema, el santuario en las montañas de Hășmaș brinda refugio a cachorros de osos huérfanos, ofreciéndoles la oportunidad de vivir lo más cerca posible de su hábitat natural.
Lapis enfatiza la importancia de la libertad para los osos, reconociéndola como un regalo otorgado a todos los seres vivos desde su nacimiento. Aunque el santuario proporciona un lugar seguro para los osos rescatados, el objetivo principal es evitar que los osos sean arrancados de sus hábitats naturales. Una cerca eléctrica actúa como recordatorio para los osos de que la verdadera libertad nunca será encontrada, en contraste con los extensos bosques que los rodean.
Al llegar al santuario, los osos tienen un contacto mínimo con los humanos, asegurando que no se acostumbren a la presencia humana. Este enfoque permite que los osos se desarrollen y prosperen en su entorno natural, sin las presiones y peligros de la interacción con los humanos.
Mediante su dedicación y compasión, Cristina Lapis y su equipo continúan siendo un salvavidas para los osos pardos de Rumanía, brindando esperanza para la supervivencia de estas icónicas criaturas frente a los desafíos actuales. Este santuario representa un refugio seguro para los osos y encarna el compromiso con la protección de la vida silvestre y la preservación de especies en peligro de extinción.