En Nigeria, los estados del norte afectados por el conflicto están implementando unidades de patrullas comunitarias para mejorar la seguridad en las aldeas donde los asesinatos y secuestros son constantes.
Ante la insurgencia en el noreste, las fuerzas de seguridad luchan con recursos limitados para hacer frente a las bandas armadas en áreas remotas donde el gobierno tiene poca presencia.
En Kaduna, cerca del lugar donde recientemente secuestraron a 300 niños, se formó la Fuerza de Tarea Conjunta Civil (CJTF) para proteger a las comunidades locales.
Emmanuel Audu-Bature, víctima de secuestro, se unió al grupo para proteger a su comunidad de las pandillas violentas.
«Como víctima, fui llevado a su campamento y pasé una semana allí. No fue una experiencia agradable. Me golpearon y amenazaron de muerte», compartió.
Estos grupos como la CJTF parecen tener ventajas sobre las fuerzas de seguridad estatales al conocer de cerca los territorios donde operan las bandas armadas.
«Somos la agencia de seguridad más cercana a la gente, siempre estamos presentes en los desafíos de seguridad», afirmó Audu-Bature.
Además, destacó la capacidad del grupo para proporcionar inteligencia local.
«Sin importar a quién busques, si está en nuestra comunidad, danos unas horas y lo encontraremos», aseguró.
A pesar de operar en circunstancias difíciles, Audu-Bature espera que el gobierno respalde al grupo para lograr una sociedad pacífica.
Los gobiernos regionales cada vez más emplean estas patrullas comunitarias para proteger las aldeas controladas por pandillas, aunque muchos carecen de recursos y entrenamiento adecuado.
Un experto en terrorismo nigeriano, Dickson Osagie, enfatiza la importancia de un mayor control sobre estos grupos armados.
Propone que, si se les permite portar armas, deben recibir formación en su uso para prevenir su mal uso.
Mientras tanto, estos grupos continúan comprometidos con sus comunidades a pesar de las adversidades.
Fuente: Africanews