Fatshimetrie cubrió recientemente la evolución de las regulaciones relacionadas con la gestión de residuos plásticos en Kenia. Desde la introducción de una ley innovadora en 2017 que prohíbe el uso de bolsas de plástico de un solo uso, el país continúa combatiendo la contaminación plástica.
A pesar de estos avances, Nairobi, la capital, produce alrededor de 2.400 toneladas de residuos sólidos al día, una quinta parte de los cuales es plástico. Ante esta alarmante observación, las autoridades kenianas no se dieron por vencidas y decidieron actuar de forma más radical.
La Autoridad Nacional de Gestión Ambiental (NEMA) decretó recientemente la prohibición del uso de bolsas plásticas para la recolección de residuos orgánicos como restos de comida. A partir de ahora, 90 días después de la primera notificación del 8 de abril, quedará prohibido su uso en los mercados.
Además, todos los residuos orgánicos producidos en los hogares, instituciones públicas y privadas, así como durante los eventos, deberán ser clasificados y colocados en bolsas de basura 100% biodegradables.
En concreto, NEMA ha instruido a todos los gobiernos locales y servicios privados de gestión de residuos para que proporcionen a sus clientes estas bolsas respetuosas con el medio ambiente.
Sin embargo, algunos analistas señalan que esta medida corre el riesgo de provocar un aumento de los costes de la recogida de residuos, especialmente para los hogares.
Este nuevo reglamento marca un paso decisivo en la lucha contra la contaminación plástica en Kenia. Al tomar medidas concretas y vinculantes, las autoridades muestran su compromiso con la preservación del medio ambiente. Este es un ejemplo inspirador de concienciación y acción para un futuro más sostenible.
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