Pensando en las implicaciones del “nombre y vergüenza” en la lucha contra el acoso online

En la era de las redes sociales, la práctica de «nombrar y avergonzar» ha ganado relevancia. Recientemente, una publicación en Instagram generó polémica al incitar a los seguidores a denunciar a antiguos acosadores, poniendo de manifiesto la persistencia del acoso a lo largo del tiempo.

La denuncia pública de individuos por parte del autor del post desencadenó una serie de reacciones. A pesar del deseo de justicia y protección hacia las víctimas, surge la interrogante ética sobre exponer a personas, incluso si han cometido delitos en el pasado.

La reacción enérgica del autor, a través de palabras fuertes e imágenes impactantes, resalta la intensidad emocional en torno al acoso. Si bien proteger a los más vulnerables es crucial, la justicia no debe depender exclusivamente de la exposición pública.

La difusión de videos que muestran actos de acoso plantea dilemas éticos. Aunque busca concienciar y buscar justicia, la viralidad del contenido puede tener consecuencias no deseadas. Preservar la privacidad y la dignidad de las personas es prioritario, incluso en situaciones de denuncia.

La lucha contra el acoso es fundamental, pero la forma en que se aborda es igualmente importante. Las redes sociales ofrecen un gran alcance para la concienciación, pero demandan responsabilidad en nuestras acciones y palabras. Quizás sea momento de considerar enfoques más constructivos para combatir estos problemas sin comprometer la dignidad de nadie.

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