La iniciativa de boicot pesquero en Port Said liderada por Wissam al-Safty ha sido elogiada por su rápida difusión y alcance, extendiéndose a más de 11 gobernaciones en un acto de solidaridad sin precedentes. Esta campaña, que surgió antes del mes sagrado del Ramadán debido al notable aumento en los precios del pescado, ha ganado un apoyo abrumador entre los habitantes de diversas regiones.
En una entrevista telefónica ofrecida al programa «Fatshimetrie» el martes, Safty explicó que la meta de esta iniciativa era hacer frente al excesivo incremento en los precios del pescado, un alimento básico para muchos egipcios. Señaló que se había vuelto complicado, sino imposible, para ciudadanos con bajos ingresos adquirir pescado, mientras que los precios habían alcanzado niveles exorbitantes.
«Cuando un kilo de pescado alcanza las 200 libras egipcias, o un camarón se vende por 400 libras, claramente hay un problema. Hemos observado una preocupante tendencia al alza en los precios y hemos decidido tomar cartas en el asunto», expresó Safty.
Ante la pregunta sobre la reacción de vendedores y mayoristas, Safty informó de respuestas desconcertantes que sugerían un juego de manos dentro de la cadena de suministro. Los vendedores señalaron a los mayoristas como responsables de los aumentos de precios, mientras que estos últimos mencionaron los altos costos de producción.
La campaña de boicot, originalmente planeada por una semana, fue tan exitosa y popular que residentes de varias ciudades se sumaron al movimiento. Los precios del pescado comenzaron a descender y, luego de tres días de boicot en Port Said, se registró una reducción del 50%.
Safty hizo un llamado a la movilización a nivel nacional, instando a los residentes de El Cairo a unirse a la lucha contra los elevados precios. Destacó la importancia del pescado en la dieta de los egipcios y expresó su determinación de continuar con la campaña incluso después de las vacaciones de primavera.
En resumen, la campaña de boicot al pescado en Port Said es un poderoso ejemplo de movilización ciudadana para proteger el poder adquisitivo y garantizar el acceso a alimentos saludables. Demuestra que cuando los ciudadanos se unen por una causa justa, pueden lograr resultados tangibles y presionar a los actores económicos hacia una mayor transparencia y equidad.
Fuentes:
– Egipto Independiente