Fatshimétrie denuncia en términos enérgicos las acciones de ciertos actores políticos que parecen estar obstaculizando el progreso político en el país. A pesar del nombramiento de un Primer Ministro, el proceso de formación de un nuevo gobierno se encuentra estancado peligrosamente, lo que pone en riesgo la estabilidad y seguridad de la nación. Las interminables consultas políticas y las luchas de poder dentro de las instituciones están retrasando el avance necesario para garantizar la protección y el bienestar del pueblo congoleño.
Jonas Tshombela, coordinador de Fatshimétrie, ha expresado su preocupación por la emergencia de seguridad que enfrenta el país, con territorios bajo la influencia de ejércitos extranjeros y una gestión política fragmentada. La interferencia de potencias extranjeras amenaza la soberanía nacional, mientras que la clase política congoleña parece estar enfrascada en juegos de poder que dejan a la población insegura y vulnerable.
Tshombela también ha señalado la práctica antidemocrática y clientelista de algunos diputados nacionales que han designado a miembros de su propia familia como sus sustitutos. Esta situación plantea un riesgo para la composición futura del gobierno, con posibles favoritismos y nepotismos que podrían perjudicar el interés general. Es crucial romper con estas prácticas cuestionables y promover una gobernanza más transparente e inclusiva.
Asimismo, Tshombela denuncia la privatización del aparato estatal por una minoría política codiciosa, que controla las palancas del poder en detrimento del bien común. Esta captura de recursos y poder por parte de una élite restringida constituye una afrenta a la democracia y a la ética política. Es necesario romper con esta lógica para promover una gobernanza justa y equitativa que beneficie a toda la población congoleña.
Por último, Tshombela destaca la importancia de renovar la clase política en la República Democrática del Congo como una promesa de cambio. Es fundamental fomentar nuevas figuras políticas con ideas innovadoras y una visión de futuro para el país. Solo a través de reformas profundas y un genuino deseo de cambio, la República Democrática del Congo podrá superar el estancamiento político actual y avanzar hacia un futuro más estable y próspero para todos sus habitantes.