En este día, 21 de abril de 2024, los ojos del mundo se centran en la ciudad de Goma, en la provincia de Kivu Norte, República Democrática del Congo. Bruno Lemarquis, representante especial adjunto del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), ha hablado en una conferencia de prensa sobre la crítica situación humanitaria de los desplazados por los conflictos armados en la región.
Enfáticamente, Lemarquis ha señalado que la ayuda humanitaria internacional no puede ser la solución definitiva para los desplazados en Kivu Norte. Es fundamental abordar las causas fundamentales de los conflictos entre la República Democrática del Congo y Ruanda para resolver verdaderamente esta crisis humanitaria.
Destacó la importancia de movilizar fondos para atender las necesidades apremiantes de más de 10 millones de personas que viven en condiciones extremadamente precarias en la región. Hasta abril de 2024, solo se ha recaudado el 15% de los más de 2.600 millones de dólares necesarios.
Con miles de desplazados hacinados en aldeas superpobladas a lo largo del eje Sake-Bweremana, las Naciones Unidas han emitido una advertencia urgente. La comunidad internacional debe actuar con mayor urgencia y eficacia para ayudar a estas poblaciones vulnerables y poner fin a esta crisis humanitaria de proporciones alarmantes.
Las palabras de Lemarquis resuenan como un llamado a la acción colectiva y a la conciencia global. Es el momento de pasar de las palabras a la acción, de la retórica a medidas concretas, para cambiar el rumbo de esta región marcada por el conflicto y el sufrimiento. Porque más allá de las cifras y estadísticas, se encuentran vidas humanas en juego, esperando desesperadamente un rayo de esperanza y solidaridad.