Fatshimetrie: Luchando contra la malaria en África

Cuando surgieron casos de malaria transmitida localmente en los Estados Unidos el año pasado, se reavivó la preocupación sobre la resurgencia de enfermedades debido al cambio climático. Sin embargo, en África, la malaria ha persistido, afectando gravemente a millones de personas.

Funmilayo Kotun, de 66 años, residente de Makoko, un barrio informal en Lagos, Nigeria, se ve afectado por esta enfermedad. Los estanques de agua estancada en su área propician la reproducción de mosquitos portadores de malaria. Kotun no puede costear mosquiteros tratados con insecticidas ni medicamentos para la malaria, lo que evidencia las dificultades que enfrentan muchas personas en la región.

En el Día Mundial de la Malaria de este año, es crucial comprender la situación en África:

**MALARIA AÚN PREVALECE**

La malaria se transmite a través de mosquitos infectados y puede causar síntomas graves. Afecta principalmente a niños y mujeres embarazadas. Aunque se han desarrollado vacunas, su efectividad es limitada. La resistencia a los tratamientos está aumentando, y la financiación para la investigación se está reduciendo. Las condiciones de vida, como la falta de saneamiento y acceso a la atención médica, contribuyen a la propagación de la enfermedad.

**UN PROBLEMA EN AUMENTO**

Globalmente, los casos de malaria han aumentado, con 249 millones de infecciones y 608,000 muertes registradas en 2022, según la Organización Mundial de la Salud. La carga de la enfermedad recae principalmente en África, donde el 80% de las muertes por malaria ocurren en niños menores de 5 años.

**IMPACTO DEL COVID-19**

La pandemia de COVID-19 ha obstaculizado los avances en la lucha contra la malaria, interrumpiendo servicios de salud y aumentando los casos de la enfermedad. Sin embargo, se espera que la tendencia a la baja se retome próximamente.

**CAMBIO CLIMÁTICO Y NUEVAS AMENAZAS**

África está experimentando los efectos del cambio climático, lo que afecta los esfuerzos de control de la malaria. Fenómenos meteorológicos extremos están expandiendo las áreas propicias para los mosquitos, aumentando la transmisión de la enfermedad en regiones antes no afectadas.

En conclusión, la malaria sigue siendo un desafío importante en África. Los esfuerzos para combatirla se han visto dificultados por diversos factores, como la resistencia a los tratamientos, la pandemia de COVID-19 y el cambio climático. Es fundamental que los gobiernos y organizaciones intensifiquen sus acciones para controlar y erradicar la malaria, aliviando así el sufrimiento de las poblaciones africanas.

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