La región de Medio Oriente se encuentra en un estado de alta tensión, con recientes declaraciones del Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, que resaltan la creciente hostilidad entre Israel y Hezbollah. Gallant afirmó que la mitad de los comandantes de Hezbollah en el sur del Líbano han sido eliminados desde que comenzaron los enfrentamientos con Israel el 7 de octubre. No obstante, Hezbollah niega enérgicamente estas acusaciones, argumentando que sus combatientes siguen un sistema de rotación y licencias.
Las afirmaciones de Gallant se hicieron durante una reunión estratégica en el cuartel general del Comando Norte del ejército israelí. Destacó que las fuerzas israelíes han estado llevando a cabo una ofensiva constante en todo el sur del Líbano, obligando a los comandantes de Hezbollah a esconderse o enfrentar la muerte, dejando así la región bajo control israelí.
Por otro lado, un funcionario de Hezbollah calificó las declaraciones de Gallant de «ridículas» y propaganda dirigida al público israelí, afirmando que la organización aún no ha activado su «plena movilización» y que sus combatientes siguen operando según un sistema bien establecido.
Esta escalada de violencia ha causado desplazamientos masivos de civiles a ambos lados de la frontera, con ataques aéreos y fuego de artillería que continúan diariamente. El arsenal de misiles y cohetes de Hezbollah representa una preocupación para Israel, que busca debilitar a la organización.
Estos eventos subrayan la frágil y volátil situación en Medio Oriente, donde cada provocación podría desencadenar nuevos conflictos. Es esencial que tanto actores regionales como internacionales ejerzan moderación y diplomacia para prevenir una escalada incontrolable del conflicto.