Hoy se ha levantado una voz fuerte en la comunidad internacional denunciando las acciones perjudiciales de Ruanda hacia la República Democrática del Congo. Zénon Mukongo Ngay, el representante permanente de la República Democrática del Congo ante la ONU, ha acusado a Ruanda de obstruir intencionalmente los procesos de paz regionales en detrimento de la soberanía y la seguridad del Congo.
Durante su contundente intervención ante el Consejo de Seguridad, Zénon Mukongo resaltó la obsesión de Ruanda por los ricos recursos naturales de la República Democrática del Congo, los cuales están siendo explotados a expensas de la estabilidad regional. Condenó la estrategia de Ruanda de establecer una colonia de explotación y asentamiento en el Congo, con el objetivo de tomar el control de las instituciones congoleñas.
Las consecuencias de esta política expansionista han sido devastadoras. Más de 7 millones de congoleños, mayoritariamente mujeres y niñas, han debido abandonar sus hogares, lo que equivale al 70% de los desplazados. Estas mujeres congoleñas sufren violencia inhumana, violaciones y abusos que les arrebatan su dignidad y derechos fundamentales.
Ante esta tragedia humana, es crucial que la comunidad internacional condene enérgicamente las acciones de Ruanda en la República Democrática del Congo y colabore para restaurar la paz, la estabilidad y la dignidad de su población. La República Democrática del Congo se compromete a seguir la agenda sobre mujeres, paz y seguridad, consagrada en la resolución 1325 (2000), y exige una acción colectiva para enfrentar las violaciones de derechos humanos perpetradas por Ruanda.
Es imperativo que la comunidad internacional permanezca vigilante y respalde a la República Democrática del Congo en su lucha por la justicia y la reconciliación, buscando así asegurar un futuro pacífico y próspero para todos los congoleños.