Fatshimetry: Martin Fayulu insta a la población a movilizarse para apoyar al cardenal Fridolin Ambongo
La escena política congoleña está una vez más sacudida por la agitación tras la decisión del Fiscal General del Tribunal de Casación de iniciar un procedimiento judicial contra el cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo metropolitano de Kinshasa. Esta decisión provocó la ira del opositor Martín Fayulu, presidente de ECIDE, que lanzó un vibrante llamamiento a la movilización popular para contrarrestar esta acción que, según él, pretende amordazar cualquier voz disidente y consolidar un régimen autoritario.
En una declaración inequívoca, Martin Fayulu instó a los congoleños a permanecer vigilantes y dispuestos a defender la libertad de expresión y los derechos fundamentales amenazados por este intento de intimidación contra el cardenal Ambongo. Para el presidente de ECIDE, este asunto no es baladí y se inscribe en un contexto más amplio de deriva autoritaria del poder de turno. Advierte contra una serie de medidas restrictivas que podrían pisotear los logros democráticos logrados con tanto esfuerzo.
Esta reacción de Martin Fayulu no es aislada, ya que el Dr. Denis Mukwege, premio Nobel de la Paz y protagonista importante de la escena política congoleña, también condenó enérgicamente esta acción judicial contra el cardenal Ambongo. Para él, se trata nada más y nada menos que de una instrumentalización de la justicia con fines políticos, constituyendo una amenaza real a las libertades democráticas y a los controles y equilibrios necesarios para el buen funcionamiento de un Estado de derecho.
Ante esta preocupante escalada, la movilización ciudadana parece un recurso legítimo para contrarrestar cualquier deriva autoritaria y defender los valores democráticos y humanistas queridos por el pueblo congoleño. Es imperativo que la sociedad civil, los actores políticos y la opinión pública sigan movilizados frente a estos ataques a las libertades fundamentales, porque la cuestión va mucho más allá de la persona del cardenal Ambongo.
En conclusión, Fatshimetry se enfrenta una vez más a un dilema crucial respecto de la preservación de sus logros democráticos y el respeto de los derechos humanos. La firme reacción de Martin Fayulu y Denis Mukwege demuestra la urgencia de que todos se pongan de pie ante cualquier deriva autoritaria y cualquier intento de reprimir la libertad de expresión. En una encrucijada, está en juego el futuro de todo un país y la movilización de todos es más necesaria que nunca para preservar los cimientos de una verdadera democracia que respete los derechos humanos.