El dilema del aumento astronómico de las tarifas eléctricas en Nigeria: una amenaza para la estabilidad económica y social

La reciente protesta por el aumento vertiginoso de las tarifas eléctricas de Nigeria plantea grandes preocupaciones sobre el impacto en una población que ya sufre dificultades económicas. Se alzan voces para denunciar esta decisión considerada no sólo irrazonable sino también insensible a la realidad cotidiana de los nigerianos.

El presidente de la filial local expresó su desaprobación en una conferencia de prensa en Lagos y calificó de injustificado el aumento de tarifas de casi el 300%. Esta medida, recomendada por la Comisión Reguladora de Electricidad, no tiene en cuenta las realidades económicas actuales del ciudadano medio.

Según él, la nueva orden tarifaria para 2024 emitida en diciembre por NERC prevé un aumento supuestamente basado en el coste real que deben cobrar las distintas empresas distribuidoras. Sin embargo, una gran parte de este aumento correría a cargo del gobierno federal como parte de un sistema de subsidios.

Reducida o eliminada, esta subvención habría supuesto un aumento desproporcionado de la factura eléctrica del usuario final. Una decisión calificada de explotadora y desconectada de las dificultades financieras que enfrenta la población.

La petición de que se suspenda inmediatamente la aplicación de este precio de 225 nairas por kWh para los clientes llamados de «clase A» se justifica por la observación de que, cualquiera que sea la justificación técnica invocada, este aumento es abusivo y no se sostiene. No tiene en cuenta las realidades económicas del país.

También se hace un llamado a las autoridades para que dejen de subsidiar las ineficiencias de las empresas distribuidoras de electricidad en detrimento de los consumidores. Esta clasificación en bandas A, B, C, D o E no puede continuar, porque es imperativo que las empresas garanticen el suministro continuo para todos o que asuman plenamente sus responsabilidades.

Es fundamental que el gobierno tenga en cuenta esta situación y trabaje para lograr soluciones equitativas y sostenibles para garantizar el acceso a la electricidad a un precio justo para todos los nigerianos. La estabilidad económica y social del país depende en gran medida de ello y es imperativo actuar rápidamente para evitar una crisis que no haría más que agravar las dificultades ya presentes.

En conclusión, es esencial que los formuladores de políticas tengan en cuenta las aspiraciones y necesidades de las personas en su toma de decisiones, a fin de garantizar un desarrollo sostenible e inclusivo para todos.

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