Escenas de caos y desorden llenaron las calles de Lagos, la ciudad más grande de Nigeria, mientras multitudes se reunían durante horas con la esperanza de comprar algo de combustible. La actual escasez de combustible en el país ha provocado un aumento vertiginoso de los precios, empeorando aún más la ya precaria situación de millones de nigerianos que enfrentan una crisis económica y un aumento del costo de vida.
El combustible es de importancia crítica en Nigeria, tanto para viajar como para alimentar los generadores utilizados por los hogares y las pequeñas empresas. Esta crisis de oferta pesa mucho sobre una economía que ya está tambaleante.
Los funcionarios de las petroleras estiman que la situación tardará hasta dos semanas en normalizarse, mientras que la petrolera nacional dice que tiene reservas suficientes para satisfacer las necesidades de la población. Advierte contra las compras impulsivas de combustible e insta a los ciudadanos a no entrar en pánico.
A través de este testimonio capturado desde Lagos por nuestro corresponsal de Africanews, David Taylor, la angustia y la preocupación de los nigerianos son palpables. Esta crisis de combustible pone de relieve una vez más las fragilidades del sector energético del país y los desafíos que sus habitantes enfrentan a diario. Esperemos que se encuentren rápidamente soluciones duraderas para aliviar esta presión sobre la población y reactivar la debilitada economía.