En el territorio de Kivu del Norte, la situación humanitaria vuelve a ser el centro de las preocupaciones, mientras la ONG Médicos Sin Fronteras informa de nuevos movimientos masivos de población hacia el lugar de desplazados de Rusayo 3.
En los últimos meses, los residentes de campos superpoblados como Rusayo 1 y 2, Lushagala, Bulengo y otras zonas informales se han visto obligados a huir de los recurrentes bombardeos. En busca de seguridad y asistencia humanitaria, miles de familias acudieron en masa al sitio de Rusayo 3, aumentando el número de hogares de 7.000 a 23.000 en menos de un mes, reuniendo así a unas 100.000 personas.
Ante esta situación crítica, Médicos Sin Fronteras ha establecido un puesto de salud avanzado para brindar atención médica a los desplazados. Cada día, decenas de madres se presentan con sus hijos desnutridos para recibir atención. El Dr. Jean-Paul Kasolwa, responsable de las actividades de la organización en el lugar, constata la llegada diaria de al menos 100 pacientes que necesitan asistencia urgente.
Al mismo tiempo, MSF distribuyó equipos esenciales a casi 7.000 hogares, incluidas lonas, mantas y utensilios de cocina, con el objetivo de mejorar sus precarias condiciones de vida. Sin embargo, las necesidades siguen siendo inmensas y las familias desplazadas piden solidaridad internacional urgente para ofrecerles dignidad y esperanza en estas trágicas circunstancias.
Esta alarmante situación pone de relieve la necesidad de una acción concertada y rápida para responder a las extremas necesidades humanitarias de las poblaciones desplazadas en Kivu del Norte. Es imperativo que la comunidad internacional se movilice para brindar asistencia vital a estas familias vulnerables y ofrecerles un futuro más seguro y digno.