El equilibrio político dentro de la Unión Sagrada, la familia política del presidente, parece verse socavado por las crecientes tensiones entre los bandos de Mboso y Bahati. Si bien ambos forman parte del Presidium, Bahati acusa abiertamente a Mboso de maniobras políticas destinadas a mantener la presidencia de la cámara baja del parlamento, utilizando la caza furtiva de diputados jóvenes.
La reunión organizada por el diputado Auguy Kalonji, que reunió a todos los jóvenes diputados menores de treinta y cinco años tras la primera sesión de la Asamblea Nacional, fue el detonante de la discordia. Para Bahati, esta reunión plantea interrogantes sobre su significado jurídico, considerando que se trata de un intento de perpetuar a Mboso en su cargo cuando sólo cuenta con el apoyo de dos diputados.
Por su parte, Mboso rechaza rotundamente estas acusaciones y afirma que no participó en la reunión de los jóvenes diputados. Más bien, señala a Bahati como el instigador de las travesuras políticas, llamando al bando contrario «maestro de planes secretos». La reunión tenía como objetivo dar la bienvenida a los jóvenes diputados y también participaron representantes de la oposición, según el bando de Mboso.
La verdad entre estos dos bandos aún está por establecerse y sólo el futuro podrá revelarla. Sin embargo, es importante destacar que, en el contexto actual, el nombramiento del Presidente de la Asamblea Nacional, que luego será elegido por sus pares, cae dentro del poder discrecional del Jefe de Estado. Por tanto, le corresponde a él tomar la decisión final.
Esta tensa situación dentro de la Unión Sagrada resalta las rivalidades y luchas de poder que pueden existir dentro de una coalición política. Los intereses personales y los juegos de influencia a menudo pueden tener prioridad sobre los intereses colectivos y los objetivos comunes. También es importante señalar que estas tensiones podrían afectar la estabilidad política y la capacidad del gobierno para trabajar de manera coherente y efectiva.
Es fundamental que los diferentes actores políticos encuentren puntos en común y trabajen juntos por el bien del país. Las luchas internas y de poder sólo debilitan la política y obstaculizan el progreso. La Sagrada Unión debe permanecer unida en su visión y compromiso con el desarrollo del país.
En conclusión, las tensiones entre los campos de Mboso y Bahati dentro de la Unión Sagrada resaltan los desafíos del poder y las alianzas políticas. Es esencial que los actores políticos encuentren puntos en común para promover la estabilidad política y el desarrollo del país. El futuro de la Asamblea Nacional lo determinará el jefe de Estado, pero es crucial que esta decisión se tome en interés del pueblo congoleño.