Haciendo la vista gorda ante los atascos, los gritos de los transeúntes y la agitación de la ciudad, la Autoridad Reguladora Farmacéutica del Congo (ACOREP) se posicionó como vigía, decidida a barrer los daños que socavaban al sector farmacéutico. Kinsasa. Con un enfoque inédito, eligió la firmeza para encarnar la renovación, la transparencia y la calidad de la atención brindada a la población.
En el centro de esta reforma, once depósitos farmacéuticos se vieron obligados a bajar el telón, recordando así a los actores del sector que la integridad y el respeto de las normas constituyen pilares no negociables. Entre ellos, nombres conocidos como Saint Sauveur, Sofaco, Extra Plus, Africare, Strapharma, Many, Hair, New Span, Vantari Health Care, Kin Med y Bonne Santé se vieron afectados por esta medida que fomenta la buena gobernanza.
El director general de ACOREP, Christian Ntumba, explicó claramente los motivos de estas drásticas acciones. Al señalar el flagrante incumplimiento del circuito de distribución como la principal fuente de estas disfunciones, destacó el impacto directo sobre la accesibilidad y la calidad de los medicamentos para los ciudadanos congoleños, poniendo así en primer plano la urgencia de una solución rápida.
Ante esta intransigencia, los actores del sector farmacéutico han sido advertidos: el incumplimiento persistente de las normas establecidas podría conducir a una sanción final, el cierre permanente. Una declaración inequívoca, que significa que deben respetarse las reglas del juego, cualquiera que sea el estatus o la reputación de los establecimientos implicados.
Paralelamente a estas medidas de cierre, ACOREP se atrevió a retirar del mercado cuatro moléculas de medicamentos consideradas no conformes o inferiores a las normas previstas. Por lo tanto, quedaron excluidos la ranitidina, el meprobamato, el ketoconazol y el cloranfenicol, afirmando así la voluntad de la Autoridad Reguladora de no comprometer la calidad o la seguridad de los productos puestos a disposición de la población.
Esta preocupación por la protección del consumidor se ha extendido a las farmacias más pequeñas de la ciudad, indicando que nadie puede estar exento de las exigencias de calidad y seguridad vigentes. Se han desplegado sobre el terreno equipos de inspectores de la AOREP, que nos recuerdan que la aplicación rigurosa de estas medidas no puede verse afectada por medias tintas, cualquiera que sea el tamaño del establecimiento de que se trate.
Al mismo tiempo, ACOREP anunció un nuevo aspecto de su acción, esta vez dirigido a las farmacias más pequeñas que no cumplen con los estándares establecidos. Una estrategia proactiva, encaminada a sanear el sector en su conjunto y garantizar una oferta sanitaria de calidad, respetuosa de los estándares internacionales y de las expectativas de los ciudadanos..
En resumen, con esta serie de acciones radicales, ACOREP dejó su huella, sentando las bases para una profunda transformación del sector farmacéutico congoleño. En un contexto donde la confianza pública es esencial, estas medidas han reforzado la imagen de la AOREP como guardiana de los estándares, garante de la calidad de la atención y protectora de las poblaciones más vulnerables. Un paso crucial hacia un sistema de salud más transparente, eficiente y equitativo para todos.